Cap 17

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En el próximo recreo, un chico rubio con Mullet interceptó a Jungkook en el pasillo.

Era Félix, el chico nuevo.

—Hola, necesitaba preguntarle a alguien dónde tengo que conseguir el pase para retirar libros de la biblioteca.

Jungkook le indicó que debía pedirlo en secretaria y luego hacerlo firmar en la biblioteca.

—¿Tienes idea de cuántos libros puedo llevarme por mes?

—El tope son 10 libros y debes devolverlos en plazo de un mes. Si lo pides el 15 de septiembre, lo debes devolver el 15 de octubre.

Félix puso cara de haberlo entendido todo.

—¡Gracias!

Jungkook se fue por su camino, pero Félix volvió a llamarlo.

—¿Puedo preguntarte qué le pasó a mi compañero de banco? El chico rubio de pelo largo. El de ojitos celestes.

Jungkook suspiró.

—Ahora se cambió el cabello.

—Sí lo sé. Ayer me lo crucé en un Starbucks, supe que era el por sus ojos. Siempre lleva una capucha puesta pero sus ojos son inconfundibles. Son lindos ojos.

—¿Y?

Félix bajó la mirada.

—Es que... me pareció que estaba mal. Lo vi en la cafetería pero no me acerqué a él.  Le temblaba todo el cuerpo ¿sabes si es epiléptico?

—No, no tiene epilepsia. Tiene miedo.

—¿Miedo a qué?

—No creo que me corresponda a mi hablar de esto ¿sabes?

Félix esbozó un puchero y suspiró.

—Está bien. Solo estaba preocupado por mi compañero de banco. ¿Sabes? Ni siquiera conozco su nombre.

—Es Hwang HyunJin.

.  .  .

Taehyung se lazó a su cama como si fuera un trampolín. Se sacó de su bolsillo el anillo que le había regalado Jungkook y estiró la mano para verlo a distancia.

Era un anillo muy bonito. Le parecía raro que alguien le regalara algo sin pedirle ningún favor a cambio.

Taehyung esbozó una sonrisa involuntaria y se colocó el anillo antes de ponérselo en el dedo índice de la mano izquierda.

Por fin alguien se acordaba de que también era humano y tenía intereses y sentimientos, por más que intentara ocultarlos.

El anillo se veía reluciente en su dedo índice. Indicaba poder y seguridad. 

A Taehyung le encantaba cómo se le veía. Le fascinaba que Jungkook se hubiera parado a pensar en él. Le había dicho que lo había comprado porque pensó que se le vería lindo. 

Y así era, efectivamente. 

Jungkook tenía buen gusto. Así que Taehyung le envió un mensaje con una foto de su mano y el anillo. 

Cuando Jungkook recibió la foto, casi se cae de la cama por la emoción. 

—Me gustó mucho, Jeon — le dijo Tae en un audio que le había enviado —Gracias por pensar en mi, pequeño. 

De verdad, Jungkook casi se muere al oír el audio. 

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