𝔇𝐞𝐬𝐢𝐫𝐞 || 𝐋𝐞𝐞 𝐇𝐞𝐞𝐬𝐞𝚞𝚗𝐠

- sᴇɪs: ᴄᴀsᴜᴀʟ -

— Llegué — avisó en cuanto entro a su hogar.

— Bienvenida, ¿Cómo estuvo tu día? — preguntó su madre desde la cocina.

Byul se quitó los zapatos, colocándose las pantuflas que usa para el interior de su casa, dejó la mochila en la sala, junto a un mueble lleno de fotografías de su hermana desaparecida, no volteó a verlas, ver las fotografías le causaba de un malestar, por lo que buscaba pasar de largo; camina hacia la cocina, su madre estaba ahí preparando de comer, por la distancia no podía ver de que se trataba y el olor no lograba identificarlo. Solo vio el montón de frascos con especias junto a ella; siguió con lo suyo.

Fue a uno de los estantes junto al refrigerador, tomó un vaso y luego, sirvió agua helada, tomando todo en un único trago, incluso un poco de agua escapó por la comisura de sus labios,  su madre seguía concentrada meneando lo que sea que fuera que tuviera en la olla sin prestarle atención.

— Bien — respondió de manera monótona luego de secar el agua — Solo bien.

Salió de la cocina, visualizo a su padre en la habitación al fondo del pasillo, la puerta está abierta por lo que puede verlo,  sentado frente a su computadora tecleando algo más duro de lo usual, supone que debe estar estresado o molesto; sabe que trabaja demasiado, no tiene recuerdos con él fuera de verlo llorando en la estación policiaca debido a la desaparición de su hermana, baja la mirada , él nunca volteó y ella tampoco hizo por saludarlo, a lo que gira a la izquierda para subir las escaleras de dos en dos hacía su recamara en dónde se encierra.

Está tirada a mitad de su cama mientras lee un libro, sus pies está sobre la almohada. Tiene más de quince minutos atorada en la misma página, pues cuando llega al final, se da cuenta que no sabe nada de lo que ha leído y vuelve a reiniciar. Sus pensamientos son demasiado ruidosos que ni siquiera leer puede. Se da por vencida dejado el libro a un lado para revisar su celular.

Tiene un mensaje de una chica de su salón pidiéndole la tarea. Rueda los ojos, ya le ha pasado la tarea en tres ocasiones anteriores, es la chica supuestamente más responsable del salón. La deja en visto saliendo de la app. Se dirige a Instagram en dónde encuentra que Hyunjin ha publicado una fotografía en la que está su mano entrelazada con la de otra persona y en su descripción dice "Day 1" con un corazón negro.

No se siente decepcionada al respecto, no le causa emoción una realmente. Sabía bien que Hyunjin está alguien por la que muchas chicas tenían interés, aparte de siempre estar rodeado de ellas, quizá no le gustaba tanto como pensaba; así que solo le deja un like y sigue deslizando para ver más hasta aburrirse.

Cuando está por salir de la app, ve una reel de una influencer de la que suele consumir casualmente su contenido, una chica que tiene entendido que es de su edad, Chaeyeon, pero no es por ella que se detiene en su reel, en sí, tenía hacía varios meses sin consumir su contenido pues había comenzado a aburrirle; era un vídeo corto en el que la de cabello teñido de una bonito color anaranjado mostraba de casas abandonadas por su vecindario en dónde preguntaba cuál debería explorar.

Algo normal para el contenido que aquella joven hace usualmente. Sin embargo, lo que le había hecho detenerse era que, en una de las casas mostradas, logró ver a Heeseung en el fondo acompañado de otro chico saliendo de la casa sin percatarse de la joven que estaba grabando.

Regresó el reel un par de veces hasta asegurarse de qué si era Heeseung a quien había visto salir de esa casa vieja, terminó por guardar el reel y luego bloquear el celular.

Se sentó en su cama, nuevamente sus pensamientos volvía a dar en aquel chico al que tenía al rededor de dos meses sin ver. Cada que pensaba en él se volvía más extraño, recordaba que de niña su hermana mayor solía contarle historias de personas de eterna juventud o leyendas relacionada a estás. Su hermana era alguien de pensamiento mágico, y seguido la asustaba con cosas de ese estilo.

Hasta que un día desapareció sin más.

Y era así como había terminado conociendo a Heeseung, que en sus inicios pensó que debía ser el alma de algún estudiante en pena al no verlo envejecer, se mantenía igual a cómo su más viejo recuerdo de él. Nada cambiaba, seguía siendo ese chico de apariencia juvenil.

Nunca se había atrevido a preguntar que era, Heeseung no compartía mucho de si mismo con ella, y temía que si llegaba a preguntar este desapareciera para ya no volver. Aún así, no negaría que tiene de una gran curiosidad por saber que es él, sabe perfectamente que de él no obtendría respuestas, al menos no directas.

Sin embargo, después de ver el reel de Chaeyeon, tenía de una muy fuerte corazonada respecto a esa casa abandonada, tenía que ser de ese lugar de que obtendría respuestas acerca de él

— Saldré con unas amigas, no llegaré a comer — avisó.

Su madre sirvió jugo en su vaso volteando a verla un tanto extrañada. Tomó asiento frente a ella sonriendo.

— No pensé que tuvieras amigas, nunca hablas de ellas.

Byul se encogió de hombros, en realidad, ella solamente consideraba a Heeseung cómo su amigo, era popular en la escuela, con todos tiene una buena relación, y seguido es buscada para pasar tiempo. Aun así, a pesar de todo esto, no consideraba a nadie para entablar una amistad. Sonrió un tanto apenada.

— Tengo muchos amigos, mamá — dijo — Solo es que no sabes de ellos.

— Oh, ya veo... ¿Y a dónde irás con tus muchos amigos?

— No lo sé, pasar el rato.

Se levantó de la mesa para llevar el plato sucio al lavaplatos, se lavó sus manos y acomodó su cabello. Su madre no le quitó la vista en ningún momento.

— Solo no quiero que salgas con sorpresas.

Byul asintió saliendo de la cocina. Tomó su mochila, su madre a momentos parecía querer cuidarla, o con amistades aparentaba estar al pendiente de ella. Pero la realidad era que desde la desaparición de su hermana todo la familia se había venido abajo, teniendo esa fachada de familia feliz. Rió con desgano.

En varias ocasiones había metido a Heeseung a su habitación estando ellos en casa, y ahora parecía querer cuidarla. Era una gran ironía a lo que la hizo reír con más ganas una vez estado fuera de la casa. No pensaba si quiera ir ese día a la escuela.

En vez de tomar la ruta del autobús que la dejaría fuera de su escuela, toma el de la dirección contraria con la intención de ir a en búsqueda de esa vieja casa.

Y así, quizás, de forma no tan casual encontrar respuestas a la inexplicable y extraña existencia de Heeseung.