-Contigo sentí que estaba en el cielo, que podia ver las estrellas, sentí la perfección de estar con alguien a quien amas, de hacer el amor.- Mew apretó el cuerpo del menor contra el, sonriendo como un tonto enamorado.
-Yo también me sentí muy bien, porque estuve contigo, con el hombre correcto.- Gulf tomó la mejilla del pálido para acercarlo y besar sus labios lentamente. -Te amo, eres el mejor hombre que conozco y quisiera que fueras feliz.- murmuró sobre los labios ajenos.
-También te amo y créeme que soy muy feliz aquí, contigo, con tu hermoso cuerpo desnudo junto al mío.- afirmó pasando sus manos por la perfecta cintura que le encantaba abrazar.
-Mew, ¿tendrías una cita conmigo?.- preguntó el moreno con una sonrisa enamorada en el rostro.
-Cariño, contigo tendría citas cada día de mi vida.- respondió el pálido besando todo el rostro del menor.
-Eres un gran hombre, amor.- suspiró el pelinegro con gusto, casi derritiéndose bajo los labios de su amante.
-Tu eres el hombre perfecto.- Mew tomó los rojos labios ajenos con cariño y amor.
Sus labios parecían hechos para el otro. Encajaban tan perfectamente y se sentía tan correcto poder enredar sus lenguas.
Para ambos ese beso era el mejor de sus vidas, tan dulce y lleno de amor, lleno de promesas futuras de las cosas que querían hacer juntos.
Y justo cuando sus cuerpos comenzaban a reaccionar, el sonido de un celular llamó su atención.
-Demonios.- gruñó Gulf buscando su celular, viendo en la pantalla su alarma.
-¿Qué pasa, bonito?.- preguntó Mew besando la abultada mejilla rosa del menor.
-Es mi alarma para ir a trabajar.- respondió con notable cansancio.
-Entonces deberíamos levantarnos ya.- dijo el pálido con pesar, pues no quería dejar ese sublime momento junto a su pequeño.
-Pero no quiero alejarme de ti.- se quejó el moreno escondiendo su cabeza en el cuello ajeno. -Estoy demasiado cómodo y feliz así.-
-Yo también, bonito, pero tienes que trabajar, no quiero ser una mala influencia para ti.- aunque el bartender deseaba quedarse ahí todo el día, no arriesgaría el trabajo de su pequeño solo por su egoísmo.
-Entonces tengo que ir a ducharme.- con pesar Gulf se sentó en la cama, estirándose un poco para alejar la pereza.
-Adelante, bebé, yo espero.- dijo Mew aún recostado.
-¿No quisieras unirte a mi?.- preguntó el moreno totalmente sonrojado.
-Oh Gulf, ¿enserio quieres que nos duchemos juntos?.- cuestionó sorprendido el pálido.
-Yo... emh... si, eso me gustaría.- respondió Gulf tapando su rostro con vergüenza.
-Entonces vamos, cariño, no quiero que se te haga tarde.- Mew tomó las manos del menor y las alejó para ver el bello rostro de su amante, le sonrió y se inclinó a besar sus labios de forma dulce.
-Vamos.- murmuró el fisioterapeuta dejándose guiar sumisamente por el mayor.
Para el moreno ver a Mew caminar con esa soltura por su casa, sin ninguna prenda cubriendo su cuerpo, era algo mágico.
-Puedes poner el agua a tu gusto, bonito.- habló el pálido llamando la atención de su amante.
A Gulf ese pequeño detalle le pareció tan lindo que se sonrojo. Abrió el agua y la templó para que estuviera tan fría o tan caliente.
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Un Novio Para San Valentín - MewGulf
FanfictionGulf no sabia lo que era el amor, nunca supo de eso. El único amor que sentía era por su amigo Mild, aunque no era de manera romántica. A sus 23 nunca había estado en una relación amorosa, no porque fuera gay, sino porque no sentía química con ning...