En la habitación se escuchaban jadeos y respiraciones agitadas, la temperatura comenzó a subir. Los dos hombres en la cama frotaban sus anatomías mientras se besaban con amor y pasión, totalmente entregados al otro.
-Gulf.- Mew se separó apenas unos centímetros, jadeando en busca de aire. -No tenemos protección.- recordó repentinamente.
-Yo.... emh... yo tengo condones y lubricante.- afirmó el moreno. Mew comprendió de inmediato, al ver al rostro del menor, porque los tenía si nunca tuvo relaciones.
-Tranquilo, cariño, lo importante es que estas aquí conmigo y que yo seré el primero.- murmuró dulcemente el pálido, acariciando el sonrojado rostro del moreno.
-¿Quieres que traiga las cosas?.- preguntó Gulf con dudas. -Están en la caja que estaba en mi auto.-
-Yo iré por ellas, deje la caja en la sala.- Mew se puso de pie sin pena alguna de estar totalmente desnudo. -Ya vuelvo, cariño.- se inclinó y besó cortamente los labios de Gulf, haciéndolo sonreír.
Mew sabía exactamente que el fisioterapeuta había comprado esas cosas para usarlas con su ex novio, pero eso no le molestaba pues nunca lo hicieron, además no podía enojarse con el precioso chico que lo esperaba desnudo en la cama.
-No pienses de más, bonito.- dijo el bartender al ver la cara de Gulf al volver a la habitación con las cosas necesarias.
-Solo no quiero que te molestes conmigo.- murmuró el moreno nerviosamente.
-Cariño, no podría enojarme contigo.- Mew volvió a posarse sobre el cuerpo ajeno, dejando los condones y el lubricante junto a ellos. -Eres mío, ¿recuerdas?.-
-Todo tuyo.- afirmó el menor más tranquilo, volviendo a rodear el fornido cuerpo del mayor con sus extremidades, juntando sus labios para reanudar la pasión.
Mew buscó a ciegas el lubricante y aplicó un poco en sus dedos. Mientras se besaban el pálido fue acariciando el lugar que nadie había explorado antes de Gulf. Esa palpitante entrada que ansiaba poseer.
-Mew.- suspiró el moreno ante las caricias juguetonas en su intimidad, ese lugar que nadie antes había tocado, más que él.
-Relájate, bonito, prometo que se sentirá bien.- prometió el mayor adentrando lentamente un dedo, viendo las caras del menor. -Respira.-
-Se que se sentirá bien, Mew, no es como que yo nunca me haya tocado.- confesó Gulf sintiendo el sonrojo pintar hasta su pecho.
-Entonces te haré sentir muy bien.- afirmó Mew tomando los gruesos labios del menor entre los suyos a modo de distracción mientras él seguía preparando el apretado pasaje.
Sus lenguas se enredaron con gusto, compartiendo su sabor natural. Sus cuerpos se entendían y parecían estar hechos para el otro, no había nerviosismos o pena, solo la ansiedad de volverse uno solo.
No fue muy difícil preparar a Gulf, pues este estaba tan dispuesto y relajado que fácilmente podía ir agregando otro dígito, hasta que finalmente jugaba con tres en su interior.
-Por favor, amor, no resistiré mucho.- suplicó el moreno pues el mayor tocaba su próstata con sus dedos y de alguna forma buscaba friccionar sus miembros juntos, dándole un placer inigualable.
-Me encanta que me digas así.- con cuidado sacó sus dedos del menor y atacó sus labios.
-Vamos, amor, tómame.- pidió abriendo sus piernas sumisamente.
-Oh cariño, no tienes idea de como me excita que seas así.- Mew buscó un condón para colocárselo rápidamente.
El fornido cuerpo del pálido cubrió por completo al fisioterapeuta, mientras este le rodeaba las caderas, quedando en una posición perfecta, abrazados firmemente.
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Un Novio Para San Valentín - MewGulf
FanfictionGulf no sabia lo que era el amor, nunca supo de eso. El único amor que sentía era por su amigo Mild, aunque no era de manera romántica. A sus 23 nunca había estado en una relación amorosa, no porque fuera gay, sino porque no sentía química con ning...