Capitulo 8

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"Oh dios" pensó Ale, salió al estacionamiento con los nervios a flor de piel, miro a la familia Kaulitz, Bill besaba a su novia como si quisiera comerse la, una punzada de dolor atravesó se pecho tenía que resignarse el jamás se fijaría en ella, desvió la vista para ver a tom agarrar la cintura de su hermana algo en ese agarre mostraba posesividad, se acerco con lentitud a ellos.

- eh...-todos la voltearon a ver eso hizo que su nerviosismo se incrementará-

Tom se acerco a la joven enfermera, la jalo del brazo con delicadez.

- no comemos -le sonrió con picardía- pero si quieres que lo haga....

Oh dios, estoy que muero.... Ale controlare no te pongas más roja de lo que ya estas.

- déjala tom -Bill aparato a su hermano de la joven- no molestes a Alejandra. -le sonrió coqueto-

Voy a morir de sobre carga hormonal pensó ella para sus adentros, miro a la novia del Bill la miraba con ira "me quiere matar"

- suban o los dejo a los dos -hablo kat, se subió en la parte del piloto- estoy tentada hacerlo...

- hey! Quién dijo que tu ibas a manejar -protesto tom- no voy a dejar que una mujer maneje por mi.

- siempre te manejan las mientes tommy -Bill empujo a tom a un lado y subió en la parte trasera, Lynett seguido a su novio-

- está bien sólo por esta ves, pero no voy con esos dos otras -se subió al copiloto-

Ale sólo los miraba riendo eran tan unidos y raros, subió a donde estaba Bill.

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Ale miraba la mansión con sorpresa, emoción, curiosidad está tan grande la casa, un estilo único como su dueño. La casa tenían un estilo clásico y moderno, colores vivos, miro el patio delantero era inmenso había dos fuentes una tenía una estatua de una mujer desnuda bañándose la otra tenía dos niños jugando... Unos Rosales enormes y hermosos, un bosque rodeaba la mansión haciéndola más mágica. Siguió a todos, las puertas de roble de doble puerta se abrieron un mayordomo los recibió.

- buenas tardes -se inclino y les hizo una seña para que pasarán-

La boca se le abrió de pura sorpresa, había muchos cuadros de pinturas famosas y otras cosas que no sabía como describirlas pero la casa parecía un museo, camino por la sala mirando todo a su al rededor, vio un cuadro de una mujer desnuda posando para alguien -se sonrojó- el piso estaba alfombrado.

- Sebastián -llamo la hermana de los gemelos- puedes mostrarle donde se hospedara la señorita petrel

- seguirme pe favor -dijo el mayordomo-

Ale lo siguió, no podía dejar de mirar la casa era hermosa y ella jamás podía aspirar a algo así en su vida, subió las escaleras y siguió a Sebastián por el pasillo hasta una puerta. La abrió y le hizo una seña para que ella pasara paso y jadeo al ver la hermosa habitación tenía una cama de dosel, el colchón se veía confortable, una estuche para sus cosas un closet bastante grande, las paredes eran un color rosado bajo y una ventana grande donde entraba la luz habiendo que la habitación se viera luminosa.

- gracias.... -miro al hombre-

- de nada señorita petrel - inclino la cabeza- una cosa más si escucha o ve algo haga como la que no sabe -se giró para irse-

- espere! -le dijo, Sebastián la miro- ¿porque?

- sólo haga lo que le dijo, los demás señores tienen su hogar propio está es la casa del señor Bill, ahora que el está aquí vendrán más seguido varias personas lo único que le puedo decir es que no se apegue al señor Bill -se fue dejándola desconcertada-

Después de ver todo el curto salió y bajo las escaleras, escucho voces en el estudio se estaba dirigiendo cuando siente que alguien la agarra por el hombro dio un brinco.

- ¿te asuste? -le pregunto bill riendo-

- ah...-la vos se le fue y sólo lo miro-

Bill la miraba a los ojos, le gustaban los ojos de Alejandra ese color miel pura tan inocentes, se sentía atraído por ella y no quería pero no podía evitar acercarse a ella, un sentimiento de dolor lo traspaso al entrar a su propia casa, se sentía triste, sentía ira, coraje y otras emociones que no podía identificar pero de tan sólo estar en este lugar lo ponía enfermo sin proponérselo acaricio la mejilla de la joven con delicadeza, ella lo miraba con inocencia y deseo se fue acercando a su rostro lentamente pero se detuvo no podía haberlo el tenía novia y no la engañaría con otra, así que dejo caer la mano.

- vamos a entrar -le dijo riendo vio que ella se sonrojaba- eres hermosa cuando te sonrojas Alejandra- beso su mejilla y fue hasta el estudio con un nudo en el estómago no sabía porque pero era de ira no entendía nada.

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora