Oda al amor

III

Los días pasaban lentos antes de conocerte,

me miraba al espejo y maldecía mi mala suerte,

ahora que estás ahí, pienso que es incierto,

pienso que es un sueño, pienso que es un invento.

Todo en mí es felicidad,

tu mera mirada cambia mi manera de pensar.

Las mariposas pueblan mi estómago,

al acercarte intentan volar,

siento dentro de mí su fuerza,

siento que quieren actuar.

Te miro con mis ojos dorados, tratando de parar el tiempo,

consigo a cambio una sonrisa,

y eso es mejor de lo que espero.

No encuentro formas ya de expresarte que te quiero,

el amor ha entrado en mí como un terco guerrero,

se ha abierto paso por entre los huesos de mi pecho,

ha llegado a mi corazón y le ha dado un beso.

Ahora al conocerte, quisiera que mis días pasaran lentos,

miro al espejo y sonrío,

pues tras mi reflejo, te veo.