Oda al amor

XVIII

Ocultos bajo el sol,

nos miramos sin reproche,

nuestras manos como hechiceras,

a escondidas se aprietan,

besos vuelan a plena luz del día,

como si cobraran vida,

cada minuto que pasa maestros en nuestro amor nos volvemos,

nuestras miradas como piezas van a juntarse constantemente,

he aprendido a ver tu sonrisa por debajo de todo aquello que la esconde,

tu vistazo como un ave en plena libertad,

se posa en mi cara para anidar,

deja huevos de sentimientos que germinan sin parar,

de ellos salen ramas que crecen y se expanden sin cesar,

mi corazón como abono lo ayuda a progresar,

sus raíces invaden todo mi ser,

como venas aortas que transportan pasiones sin cesar,

hacen llegar a cada lugar ese trocito de A,

por otro lado,

riegan como nubes alguna que otra M,

como serpientes infinitas se enrollan entre sí,

formando circunferencias parecidas a la O,

la R sale sola,

sin dejarse rogar,

mi cuerpo está conformado por tu AMOR,

mis pulmones han cambiado el oxígeno por tu olor,

mi mente ha dejado atrás todo lo malo,

ha llenado esos espacios vacíos con tu voz,

mis ojos solo ven color en los tuyos,

¡oh preciosa mía!,

que importante te has vuelto para mí,

nuestros cuerpos conectados,

danzan eternamente en un mundo desconocido,

más aquí,

en la Tierra,

solo con un te quiero tuyo,

siento que puedo volar.