Años después.
—Niños no lloren más, harán de este día triste y recuerden que el señorito JungKook pidio que nadie llorara que todos sonrieramos. —hablaba una joven que intentaba consolar al grupo de niños que no paraban de llorar.
Todos se encontraban reunidos en el salón principal de aquel conservatorio mismo lugar donde años atrás gracias a un demonio amable un pianista volvio a recuperar sus deseos por crear melodías nuevas.
—Durante muchos años, el señorito JungKook se dedico a sanar los corazones de otros con su música, era hora de que su propio corazón descansara.
Sin embargo los niños no paraban de llorar e incluso la joven lo hacía ahora. Recordaba la noche anterior cuando el pianista le había contado sobre un demonio que conocio y con el cual hizo un trato de darle sus manos, también le conto como durante años espero volverlo a ver sin embargo este nunca regreso, le dijo de como había terminado enamorandose no solo de la belleza de aquel ser sino de su corazón. Durante años JungKook sano los corazones de otros, sin embargo nadie sano el suyo hasta que conocío a aquel hombre de cabellos rubios, ojos azules y manos enguantadas.
Luego de varios minutos tanto los niños como la joven salieron de aquel lugar después de darle sus respetos y prometerle siempre que darían amor a otros. La joven noto como tras su salida un hombre en traje y con cabello rubio entraba por aquellas puertas sin embargo no logro ver su rostro.
—Podrá ser...
Pero sus palabras quedaron en el olvido cuando los niños tiraron de su mano para llamar su atención y seguir caminando.
Por otro lado aquellas purtas se abrieron con fuerza revelando a aquel hombre con traje negro y corbata azul, con guantes blancos y cabello rubio, con ojos azules y sonrisa demoníaca.
—Ha sido mucho tiempo ¿no es así, joven pianista? —pregunto el hombre caminando por el largo pasillo hasta llegar al ataúd blanco en el centro, justo al lado del piano—. Ha llegado el verdadero final, es hora de cumplir tu promesa y entragarme esas hermosas manos.
Solo se escuchan sus pasos en aquel espacio hasta que se arrodillo y entre sus manos enguantadas tomo una de las manos que en su momento él llamo hermosas.
El demonio observo como ahora estaban cubiertas de arrugas, se veían más palidas de lo normal, los finos y largos dedos ahora estaban tan delgados que parecían solo huesos, las uñas bien cortadas y limpias. A pesar de que habían muchas diferencias nuevas, Taehyung aún amaba y admiraba aquellas manos.
—Que manos más hermosas.
Taehyung dejo un suave beso en el dorso de aquella mano admiro el rostro de su ser amado, aquel que se mantenía sereno y como si estuviera dormido, en un sueño eterno.
—Está vez como prometí, voy a tomar tu mano para siempre.
Y así pasaron nuevamente los años y aquellos que se atreven a entrar al salón de música pasada la media noche juran ver a un joven sentado en el piano tocando una maravillosa melodía y sobre este piano otro joven de inigualable belleza le sonríe enamorado.
Años que guardaron la historia de un pianista que dio sus manos a un monstruo de buen corazón.
Fin.
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No olviden que aún falta el especial de datos y curiosidades donde les aclarare un poco más de este final y la historia.Una vez más gracias por el amor dado a la historia y espero que les haya gustado.
Espero verles pronto en una nueva historia.
Adiós.
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The Hands of the Monster | ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
FanficKim Taehyung es un demonio que vaga por el mundo en busca del cuerpo perfecto, de aquellas piezas que lo vuelvan perfecto. Solo faltan sus manos, y ha encontrado las perfectas. Jeon JungKook es un joven pianista con un corazón roto y una promesa por...