- Capítulo Uno.

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Sus dedos dejaron de moverse sin embargo aquella habitación en ningún momento quedo en silencio. JungKook intentaba contener las lágrimas para cuando no pudo continuar tocando, sus canciones ya no le parecían hermosas al contrario las sentía sin vida y aburridas.

—Vaya que tienes unas manos adorables. —dijo una voz.

JungKook dio un salto en el banco y giro su cuerpo en todas las direcciones buscando a la persona de aquella voz. Sin embargo no veía a nadie, la puerta continuaba cerrada y las ventanas también. Cuando entro a la habitación no había nadie. Soltando un suspiro volvio a girarse hacía adelante y entonces aquella voz volvio a hablar.

—Creo que ha sido mi imaginación. Debería irme a dormir.

—Estoy aquí. Justo aquí.

Está vez JungKook asustado levanto la mirada para ver a un hombre acostado sobre el piano que le miraba con aquellos ojos que parecian de muñeca y una sonrisa que le hizo estremecerse.

—Esas manos son muy bonitas, tanto que me he obsesionado con tenerlas ¿me las darias? —pregunto el desconocido sentandose en el piano sin apartar la mirada de JungKook—. Son un poco pequeñas y algo femeninas para ser de hombre pero no podemos negar la belleza que las envuelve. Son perfectas.

— ¡¿Desde cuando estás aquí?! Oh por dios ¡Un ladrón! ¡Un acosador! ¡Un violador! —comenzó a gritar JungKook mientras se ponía de pie e intentaba correr hacía las puertas.

— ¿Qué? No, no, no. Espera.

En un abrir y cerrar de ojos JungKook termino golpeando el pecho de aquel hombre haciendole tambalearse. Su pecho subia y bajaba asustado. Entonces una de sus manos fue tomada entre aquellas cubiertas por guantes y un beso en su palma fue dejado.

—Ha sido descortes de mi parte no presentarme. —el desconocido retrocedio mientras hacía una reverencia y se dejaba ver por la luz de la luna que entraba por la ventana, entonces JungKook entendio que aquella persona era demasiado hermosa para ser real—. Mi nombre es Taehyung, soy un demonio como cualquier otro que ama coleccionar cosas bellas y tus manos lo son.

» He recorrido el mundo durante años en busca de todas aquellas piezas hermosas, buscando la belleza absoluta para mi. He encontrado las más exquisitas piezas en los cuerpos de algunos humanos. Así he llegado a tener este cuerpo, está belleza que nadie más posee.

» Sin embargo no he logrado encontrar las manos ideales, ningunas me gustan ya sea por su textura, tonalidad de piel, cicatrices, hasta que finalmente las he encontrado. Está noche mis deseos de trajeron hasta ti... ¡No intentes huir y dejame terminar de hablar!

JungKook se sobresalto cuando vio como aquel hombre caminaba hasta él a grandes pasos. El chico miraba como uno de sus pies ya estaba al otro lado de la ventana solo le faltaba cruzar otro más y lanzarce al jardín del conservatorio. Sin embargo aquel demonio coloco sus manos enguantadas bajo sus brazos y lo alzo dejandolo nuevamente en el suelo.

—Dejame terminar de hablar, humano. Tengo un trato para ti, obviamente no te pedire nada sin darte algo a cambio ¿de acuerdo? —JungKook asintio, de cualquier forma no podía huir sin ser atrapado—. ¿Me darías tus manos, por favor? A cambio te concederé un deseo. Debes tener uno ¿cierto? Lo que más tu corazón grita.

JungKook miro el rostro de aquel hombre, una gran tristeza lo envolvio y bajo la mirada a sus manos palidas, ya estas no tenían otro uso. La música para él había dejado de existir en el momento que había perdido a la persona más importante de su vida.

Durante años sus manos habían dado paz a todo aquel que escuchaba su música. Durante años había compartido su alegria a través de las melodías que con ayuda del piano creaba. Pero hacía meses que sus manos habían dejado de tocar por amor, habían dejado de gustarle a otros sus melodías, había quedado solo con un corazón roto. Sus manos creaban melodías encantadoras y todas dedicadas a su amado.

Ese noche JungKook no lo penso mucho, tampoco dejo que aquel hombre terminara de hablar.

—Te daré estás manos. —dijo mostrandole sus palidas manos al demonio quien le observaba sorprendido—. El próximo mes es el aniversario de muerte de alguien demasiado especial para mi, quiero tocar para él una canción única. ¿Podrías esperar hasta entonces? Le prometi crear melodías nuevas solo para él. A parte de eso no te pido nada más, por favor.

JungKook se arrodillo, lágrimas volviendo a correr por sus ojos. Si sus manos podían ayudar a aquel hombre frente a él a que se sintiera mejor entonces le parecía perfecto, sus manos habrían sanado un corazón más al final y podría cumplir su promesa a la vez.

—Si con mis manos puedo ayudar a que tu sonrisa falsa se vuelva una real entonces tomalas pero dejame cumplir antes esa promesa.

—De acuerdo. Te daré un mes para que cumplas tu promesa, luego de ese tiempo vendre por tus manos. —dijo el demonio algo temeroso pues no le parecía sospechoso que aquel chico simplemente aceptara.

—Mientras el tiempo pasa puedes venir a escucharme tocar, así no estarías tan aburrido o oculto entre las sombras ¿qué te parece?

Taehyung asintio ante aquella oferta. Después de todo no había momento más hermoso que ver aquellas manos moverse sobre las teclas blancas de aquel piano.




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Hola Hola.
Feliz día del amor y la amistad.
¡Yo les amo a todos ustedes! Nunca lo olviden.

Les dejo el primer capítulo de está historia que me tiene llorando.
En fin está historia es super cortita al igual que los capítulos así que creo que en está semana termino de escribirla porque quiero que participe en los taekook awards de este año junto a Alice in Deathland.
¡Desenme suerte!

Espero estén teniendo un día lleno de mucho amor y si no es así vengan y les doy del mío pero tengan en mente que soy re cursi.

Nos vemos pronto.

The Hands of the Monster | ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora