- Capítulo Tres.

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Un grito. Uno que JungKook juraba pudo terminar con su oído. El demonio a su lado lo miraba con terror. Los ojos azules más abiertos de lo normal, la boca casi le colgaba, la camisa blanca toda desordenada y los cabellos rubios llenos de hojas y ramas.

— ¿Qué crees que haces, idiota? ¡Mis manos, mis manos! —gritaba el demonio y JungKook bajo la mirdada al suelo para comprobar si los demás podían escucharle.

—Hola Taehyung. No te vi llegar. —respondio un soriente JungKook quien no espero para continuar escalando el árbol en ayuda de aquel gatito que se encontraba temblando en una de las ramas.

Habían pasado ya dos semanas desde la firma de aquel contrato. Cada día Taehyung visitaba a JungKook y con cada visita JungKook le enseñaba algo nuevo a Taehyung.

— ¡No sigas subiendo! Dime que haces.

—El gato. No puede bajar así que voy a ayudarlo. —informo JungKook señalando hacía arriba.

Taehyung llevo su atención a una de las manos del jóven humano. Esta se encontraba llena de cortes y astillas de madera clavadas. Incluso una uña se encontraba rota y a JungKook parecía no importarle nada de eso.

—Pero mira tus manos deberías cuidar la belleza que estás tienen. —hablo el demonio cuando se encontraron en lo alto y JungKook tomo en sus manos al indefenso animal.

—Te equivocas Taehyung. La belleza no se encuentra en lo superficial. Que mis manos tengan cortes, ampollas, cicatrices o estén sucias no las vuelve menos hermosas. —le explico JungKook, al ver que el demonio no entendía continuo hablando—. La belleza no está en lo superficial. Puedo tener las manos más horrorosas del mundo sin embargo las melodías que creo las vuelven bellas. La belleza no está en lo que hagas para ti, sino en lo que haces para otros.

» En el mundo hay cosas más importantes que la belleza. Por ejemplo, desde pequeño solo me dedique al piano, mis padres cuidaban mis manos como un tesoro por lo que jamás me dejaron jugar a subir arboles, a lanzar piedras a un lago o cosas que pudieran hacerle daño a mis manos. Ahora que el piano ya no es algo importante en mi vida puedo hacer más cosas.

—Eres raro. Lograste subir todo este árbol sin crearte más rasguños que los de tus manos y ahora dices eso... Eres raro.

— ¡Yo no soy...!

El sonido de una rama rompiendose fue lo que termino aquella conversación y lo siguiente que JungKook penso es que su cuerpo iba a caer contra el suelo.

— ¿Has aprendido algo de está experiencia, señorito JungKook? —pregunto el demonio con un semblante serio.

JungKook quien había mantenido sus ojos cerrados los abrio y miro a todos lados. Se encontraba su cuerpo siendo cargado entre los brazos del demonio, ambos se encontraban en el suelo mirandose. El menor comenzó a buscar indicios de que alguien los hubiera visto sin embargo todo parecía como si el tiempo se hubiera congelado.

La rama había quedado en el aire, las personas ni siquiera parecían respirar. Todos estaban como de piedra.

—L-la he aprendido...

—Con eso es suficiente para mi. No vuelvas a subir a un árbol o hacer cosas locas, humano. Ahora debería irme. —dijo Taehyung depositando el cuerpo de JungKook en el suelo.

— ¡Un momento, Taehyung! —grito JungKook— ¿Cómo es que siempre apareces en el momento...?

—Porque cuidado de ti. No me iré de tu lado hasta que tus manos se encuentren en mi disposición. Para lo cual faltan dos semanas Jeon JungKook.

—Entonces ven conmigo, no tienes que permanecer en las sombras Taehyung. Puedes caminar a mi lado y tomar mi mano si quieres. Nadie te rechazara.

JungKook extendio su mano hacía el demonio quien le miraba con el ceño fruncido. Las personas habían vuelto a caminar alrededor de ellos sin embargo era como si ambos no se hubieran dado cuenta.

—Los niños están haciendo un picnic. Ven a ayudarnos Taehyung, debes sentirte solo.

— ¡Soy un demonio! Yo no...

—Lo se. Se que eres uno sin embargo eso no tiene nada que ver. Anda vamos, toma mi mano que se cansa. —comentaba JungKook riendo.

Taehyung retrocedio asustado y sintio como sus ojos cambiaban a un tono rojo, podía notar las venas comenzar a llenar sus brazos y dos colmillos picar su labio inferior. Estaba enojado, perdiendo el control. Era como si aquel humano no tuviera miedo, como si esperara su confianza para luego traicionarle.

—Estás loco. —murmuro Taehyung.

—Solo quiero conocerte más, Taehyung. Ser amigos.

— ¡Eso no es algo que importe! Ocupate de tus jodidos asuntos humano. Tú solo debes entregarme tus manos y luego morir. —gritaba Taehyung—. Si vas a ser así de molesta entonces tomare tus manos ahora.

Taehyung tomo las manos de ahora un asustado JungKook y las llevo a su boca la cual al abrirla ahora dejaba ver dos colmillos. El menor solo pudo cerrar sus ojos mientras temblaba y Taehyung comprendio que aquellas palabras JungKook siempre las dijo de corazón, de la parte más bella de su corazón.

El demonio solto las manos de JungKook y se dio la vuelta sin mirarle.

—No vendre más a escucharte tocar. Nos volveremos a ver cuando vaya a tomar tus manos.


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¿Ya he dicho que está historia me tiene mal?
En fin la razón por la que ayer no subi capítulo es porque estuve demasiado deprimida con muchos temas y la verdad si escribía algo iba a quedar feo entonces preferi dejarlo.

Aún no me siento muy bien pero espero que este capítulo les haya gustado.

Está vez la nota no será muy larga porque no tengo mucho que decir.
Nos vemos mañana.
Bye Bye.



The Hands of the Monster | ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora