Capítulo 4.

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Detesto a la mayoría de la gente, me tomarán por antisocial, pero es que soy así.
Mi cara de asco debe ser bastante importante, ya que mientras camino por los pasillos de la segunda planta, hacia el aula 216, la gente de unos cursos inferiores me miran raro o se ríen, como los odio.

Además, mi aspecto tampoco es que esté muy cuidado, por lo que veo a uno de primer curso «no sé que demonios hace en esta planta» observarme con unos ojos color caramelo llenos de pánico. Tengo muchas ganas de soltarle que no soy un monstruo y que deje de mirarme.

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-...¿ Me has oído, Adán? -la voz del profesor es grave e irritante. Es de estatura baja, lleva puesto una camisa azul de cuadros y un pantalón de vestir color caqui. Tiene el ceño fruncido, está medio calvo y sus enormes gafas le da un toque gracioso. Toda la clase fija la mirada en mí.

- ¿Qué? -pregunto confuso, se oyen risas de fondo- ¿Podría repetir la pregunta?

El profesor suspira de manera exagerada.

- Estaba comentando las fechas de los exámenes finales. A ver si prestamos más atención... -me regaña.

- Profe, perdónale, que es su cumple -oigo decir a una chica en la otra punta de la clase, ¿quién es esa? ¿Y cómo narices sabe que es mi cumpleaños?

- Tania, esa no es excusa para... -trata de justificar el profesor, pero toda la clase le interrumpe.

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS!- lo que me faltaba. Intento sonreír, pero creo que se nota que es muy falsa mi sonrisa. La chica que ha empezado todo está sentada atrás del todo, me giro y veo que me mira fijamente con una amplia sonrisa.

Tiene el cabello moreno claro, lleva una camiseta negra cubierta casi por completo por una chaqueta granate. Sus ojos son de un verde apagado e inspiran misterio.

Hubiese querido inspeccionarla más, pero la voz del profesor resuena por todo el aula.

- ¡Callaos todo el mundo! ¡No hay tiempo para estas chorradas! -solo con verle la cara se nota que está enfadado.

Creo que me he puesto rojo, y disimulo girando la cabeza y mirando por la ventana de mi derecha. Voy a intentar olvidar esta bochornosa escena...

- El cumpleaños de una persona no es cualquier chorrada... -protesta esa tan Tania, ya podría estarse callada-...Y además... -suena el timbre y no la deja acabar la frase. El profesor no dice nada más, recoje sus cosas y se va, que raro es.

La chica está furiosa, el profesor se ha salido con la suya. Me siento un poco mal por ella, además me ha intentado defender, asi que al acabar de recoger mis cosas, me dirijo a ella y le pregunto:

- ¿Y además qué?
- ¿Eh? ¡Ah, sí! Además que es tu día, y nadie puede hacer que lo pases mal -se ruboriza al pronunciar esas palabras.
- Ah, pues gracias por defenderme -la respondo-.
- No ha sido nada -sonríe, antes de darse la vuelta y salir de la clase sin previo aviso, y dejándome pasmado-.

«¿Que demonios acaba de pasar?»

Huida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora