Cierra los oidos

606 29 12
                                    

Capítulo trece

Cierra los oidos

Rubí

Algarrobo - Enero 2030

Estoy en la habitación, Andrés se durmió. Me tiene abrazada y su brazo hoy pesa más que otras veces. No sé qué pasa con mi cuerpo que tiembla sin motivo. Hace una semana atrás no sentía emoción alguna, mi cuerpo solo reaccionaba a lo más básico, ahora miro mi piel, mis manos y se siente distinto. Me levanto, no puedo dormir. Deben ser la una de la mañana aproximadamente y bajo al living de la cabaña. Voy a la cocina para tomar agua y escucho. Son gemidos muy suaves, casi imperceptibles pero al parecer mis sentidos están susceptibles y, a pesar del intento que hago por no ver ni escuchar, los reconozco. Cierro los ojos y sé que son de ella. Desde que la vi en mi postura de argollas tengo un sinfín de emociones dentro de mi panza a los que no puedo ponerles nombre. Ahora la oigo gemir, tengo la intención de escuchar y recordar cuando yo estaba viva, cuando la mínima caricia me volvía loca y esa pobre mujer tenía que lidiar con mi pasión desenfrenada. Parece que no fuera yo, como si todo se hubiera esfumado y hoy ni siquiera tengo ganas de dar una mirada de amor y mucho menos pasión. Nada me hace volver a ser la Rubí que fui en ella.

Pienso que si me siento en el sillón ella va a salir y quiero verla, quiero hablar quizás para decirle que la escuché o para explicarle lo de esa vez en la playa por lo de Andrés, pero pienso que fue ella quien me plantó. No tengo porque darle alguna explicación y si le duele me alegro un poco.

Flashback

Estoy sentada en un pub, sola. Esperando que alguien se me acerque como todas las noches. Un tipo de mediana estatura, barba cortita me mira hace mucho rato y decido hacer contacto visual con él. Quisiera que ella entrara por esa puerta, y me llevara de la mano a nuestra casa, pero se que eso es imposible.

El tipo se acerca y me dice su nombre; se llama Andrés. Es un poco tímido y eso me facilita lo que quiero hacer. Me tomo dos pisco sour, escucho todas las estupideces que habla para intentar sorprenderme pero no puedo seguir escuchando. Me levanto y le digo que vayamos a un motel. ¡Evidentemente me sigue!

Llegamos al motel y cierro los ojos. Sé que después de esto Maca no será la última piel que recuerde sobre mí pero tengo que hacerlo. No soporto más esta necesidad que tengo de ella. Le digo que no quiero que sea suave, que no me haga cariño, que no quiero amor porque él no me ama ni yo a él. No le importa nada, está desesperado pero al menos es amable.

Me toca, siento sus manos en todo mi cuerpo, mis caderas, mi espalda, no lo puedo besar, así que él besa todo lo que puede, lo que le permito.Tengo mis manos en mi cara cuando me saca la ropa, cierro los ojos y solo la veo a ella. Imagino su boca que me enloquece, sus besos, sus dedos. Caen mis lágrimas pero no lo detengo, solo tapo mi cara y creo que eso es una pesadilla, que me estoy autodestruyendo porque ella no quiere amarme. No quiero sentir que le pertenezco, no puedo. Por lo menos mi cuerpo no. Cuando lo siento dentro de mí todo se derrumba, ya no soy de ella. Es lo que quería conseguir y me sorprende la nula capacidad de este hombre para ver como me siento, pero filo. La huea está hecha, menos mal duró poco. Me voy al baño, cierro con llave y me quedo mucho rato llorando. El pobre tipo afuera no sabe qué hacer y piensa que me hizo algo malo, pero no quiero explicar nada.

Me ahogo en un llanto compulsivo que no puede salir de forma silenciosa. Es mi dolor expresado por mi cuerpo y por mi voz. ¡Es un dolor tan intenso! La extraño más que antes. ¿Cómo puede doler tanto una persona? ¡Cómo se puede extrañar tanto? Tomo mi cabeza entre mis manos y doy un grito seco y desesperado.

Escucho a lo lejos una puerta abrir y cerrar.

Termino Flashback

Vuelvo en mí.

La veo salir de la habitación, siempre lo hace despues de tener sexo. Siempre busca beber algo, lo que sea. La veo en pantaletas, una sudadera y siento que el corazón se me sale. Su espalda tan bien dibujada en la ropa, sus brazos, como mueve sus piernas al caminar, esos rulos desordenados en una cola ¡No Rubí! ¡No de nuevo!

Cuando busca en la oscuridad le digo un hola. Camina hacia mí y se sienta a mi lado en el sillón, bien en el borde. No hay ni una fibra que compartamos. Me mira, y solo puedo ver parte de su cara por la iluminación de la calle que entra por la ventana.

Hola - me dice y se acomoda una vez sentada con su pierna cruzada bajo la otra que tiene anclada al suelo.

Te escuche - le digo

¿Qué cosa?

¡Ay Maca! ¡Sii sabi po'! - le digo

¿Me escuchaste ahora?

¡Te escuche tirar Maca! - le digo lo más neutro posible.

Disculpa es que... - intenta justificarse

¿No te aguantai'? ¿Tanto te gusta? - le interrumpo y mantengo mi voz sin emoción o eso creo.

No Rubi, no me aguanto. Me gusta demasiado, es que como te lo explico... - se acomoda el pelo - es rico acostarse con una mujer que realmente le gustan las minas, se siente diferente.

Me deja sin palabras, me hiere y se que eso quiere. Mis ojos se llenan de lágrimas pero ella no lo nota.

¡Ah, demás po'! - respondo. No puedo escuchar más, pero no quiero arrancar.

¿Debe ser lo mismo pa' ti o no? - me pregunta

¿Cómo?

Si po' Rubí, me imagino que pa' tí igual es bacán estar con un hombre, es lo que siempre quisiste, ¿o no? - No es una pregunta, Maca está afirmando lo que yo siento.

Si Maca, me hacía falta un hombre, no es lo mismo para mí. - Sé que me duele más a mí que a ella lo que estoy haciendo. Me rompe por dentro pero me siento viva de nuevo.

Que bueno Rubí - se levanta - disculpa por lo que tuviste que escuchar.

Me da lo mismo, puedes tirar con la mina todo el dia y toda la noche - le digo

Me levanto del sillón porque no quiero que se vaya, quiero pelear con ella pero que no se vaya más.

¡Créeme, es lo que haré! - me responde

¿La amas? - le pregunto

Se da vuelta molesta y se acerca.

Si, como tu amas al pelotudo de tu novio - me dice

Si po', lo amo. - le digo y me acerco más. Siento su respiración y mi corazón lo siento después de todos estos años. ¡Literal!

¡Qué bueno Rubí! ¡Me alegro! - se gira para irse pero se queda inmóvil.

Se da media vuelta y en un segundo me toma por la cintura, me apega a su cuerpo y me besa. Me voy a desvanecer en sus brazos tan suaves, sólo lo imaginé en mis sueños, sólo era eso, una fantasía sentir su cuerpo pegado al mío otra vez. Siento su lengua y sonrío. Subo mis manos por sus brazos hasta su pelo y meto mis dedos en su cabeza, mientras me besa con desenfreno y recorre mi espalda con sus manos exquisitas que me hacen alucinar. Bajo mis manos y las meto por debajo de su sudadera, busco su piel y me siento en casa. Es este cuerpo mi hogar. Ella solo me besa y me apega a ella con fuerza desde mi espalda, parece que no quisiera dejarme escapar. Escuchamos una puerta abrir.

Nos separamos y está tan oscuro que podemos fingir que esas dos dementes no fuimos nosotras.

La Esme sale de la pieza y no se da cuenta de nuestra presencia. Maca se va a su habitación y yo a la mía.

Me acuesto y miro al cielo y me río sola tocando mis labios. Pienso que esa mujer es mi amor pero no la puedo perdonar.

Antes de OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora