Capitulo 38

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La joven se movió un poco para acomodarse, pero al sentir algo rodear su cuerpo hizo que se alarmara y abriera los ojos. Lo primero que vio fue el rostro de Aster quien se encontraba dormido, la joven se tranquilizó un poco y sonrió. Al igual que él, ella se había quedado observando su figura bastante rato, lo que más le llamaba la atención eran sus orejas, mientras las observaba sentía el importe de querer tocarla y acariciarlas.
Sin poder resistirse más tiempo, zafó uno de sus brazos los cuales aún se encontraban sujetos por el antebrazo de Aster, la joven acercó la mano cuidadosamente a la cabeza de Aster y empezó a acariciar la, a su vez sentía la suavidad y calidez del pelaje del animal, poco a poco fue subiendo un poco más su mano hasta tocar el inicio de la oreja izquierda. El movimiento de su mano era cauteloso, delicado y bastante suave. Acariciaba la oreja del Pooka sintiendo una suavidad extrema en su mano, mientras ella sonreía embobada por la sensación, no se dió cuenta de que el mismo Aster ya había despertado gracias a las caricias.

La joven aún sin darse cuenta tomo la oreja derecha con su otra mano, acariciando las dos, esta vez no duró mucho ya que sintió un pequeño apretón en su cintura, al bajar la mirada noto que la pata de Aster sostenía la cintura de la joven, justo en el mismo lugar donde sintió aquel apretón.
Ella levantó la vista observando a Aster con los ojos abiertos y una sonrisa pequeña, paso unos segundos analizando y admirando el rostro del Pooka, notando como su nariz se movía ligeramente, sus labios ligeramente separados por la sonrisa dejando ver un poco los dientes del mismo, sus ojos que a su vez también la analizaban a ella.

Estaba decidida a quedarse así un buen tiempo perdiéndose en ese mar color esmeralda que la hinoptizaba, pero decidió volver en si, parpadeó unas tres veces y hablo.

---Siento haberte despertado. ---Una pequeña sonrisa avergonzada de situaba en sus labios.

---No te preocupes, ya estaba despierto. ---Ahora era él quien sonreía avergonzado.

---Entonces, ¿Sentiste las caricias todo el tiempo? ---La joven esta vez estaba empezando a colorarse un poco.

---Si, bueno...al principio no, solo sentí cuando estabas acariciando mi oreja. ---Sonrió con amabilidad.

---Ya veo....---Guardaron un par de segundos silencio ---¿No te molesta?

---Si te refieres a acariciarme las orejas, no....no si viene de ti. ---Sonrió tímido bajando un poco la mirada, en esos momentos agradecía tener pelaje que cubriera sus sonrojos.

A su vez, noto como la joven también se sonrojaba, puso una de sus manos en su rostro para tratar de ocultar el enrojecimiento de su cara.

---Tienes orejas muy suaves. ---Dijo la joven después de un silencio total ente incómodo para ambos.

---Ah pues, gracias. ---Sonrió Aster y con la pata con la que abrazaba a la joven, se tocó la nuca algo avergonzado por el cumplido.

Al hacer aquella acción, levantó un poco la blusa de la joven dejando ver una de sus cicatrices del abdomen. Aster bajo la mirada viendo aquella cicatriz, la joven al notar esto bajo la blusa ocultando su cicatriz avergonzada.

---Si, lo sé, se ve mal. ---Dijo (______) bajando la mirada.

---Ah no, yo no quería hacerte sentir incómoda. ---Dijo Aster viendo a la joven con simpatía ---Yo creo que son bonitas. ---Dijo con una voz suave haciendo que la joven lo mirara sorprendida con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

---¿Encerio, crees eso? ---Dijo mirándolo tímida.

---No lo creo, estoy seguro. ---Sonrió y sin despegar la vista de la joven movió su pata con un movimiento suave y la dirigió hacia el abdomen de esta, bajo por un momento la mirada y luego volvió a ver a la joven esperando a que lo detuviera, pero no fue así.

La joven solo lo mirada perdida en sus ojos, sus mejillas se habían tornado de un hermoso color carmesí, al sentir la mano del Pooka en su vientre levantó un poco las manos para darle un poco más de espacio, este mismo la miro con una sonrisa cálida y con suavidad y lentitud levantó un poco la blusa de la joven, ella sintió como en el proceso un escalofrío recorrió su piel al sentir la tela deslizarse por su vientre dejando al descubierto sus debilidades y miedos.

En ese momento ella se sentía totalmente vulnerable, tanto por la mirada de Aster, como por dejar que él cuenta y sintiera las cicatrices que ella había estado reprimiendo por meses. Lo siguiente que sintió fue como la piel se le erizaba al sentir la pata de Aster sobre su cicatriz, por impulso cerró sus ojos y comenzó a temblar, sintiendo y recreando en su mente las escenas de aquel incidente que le arrebato a su familia.

Aster por su parte cerró sus ojos sintiendo los relieves que se marcaban sobre la piel de su amada, al terminar de recorrer una cicatriz de inicio a final y viceversa, se pasaba a otra y repetía aquel procedimiento, también sentía como la joven temblaba un poco y empezaba a sudar, lo que trataba de descifrar era si sudaba por miedo, por estar tan roja o por qué la chimenea le estaba empezando a acalorar, pronto se dió cuenta de que ella estaba teniendo aquellos recuerdos perturbadores que aún no dejaban de atormentar su mente.

Dejando pasar un poco esto, subió un poco más su pata, esta vez metiendo la bajo la blusa repitiendo nuevamente el recorrido y la exploración de las cicatrices, mientras más subía, más se daba cuenta de que la respiración de la joven iba aumentando un poco más, también podía sentir los latidos acelerados de la chica. Al querer recorrer un poco más, la mano de la joven lo detuvo, él la miro y noto que ella lo miraba con súplica.

Aster solo sonrió y saco su pata de ahí, acto seguido destapó un poco a la chica ya que el calor se había incrementado un poco, después simplemente se decido a abrazar a la joven de la cintura, no sin antes brindarle un suave, delicado y duradero beso en su frente, símbolo de su apego, admiración y protección hacia ella.

---Gracias por dejarme sentir tus miedos. ---Dijo mientras juntaba su frente con la de la joven ---Prometo ser yo quien te ayudará a alejar aquellos pensamientos y recuerdos de tu mente, tal vez no podré eliminarlos, pero si podré guardarlos en un lugar muy profundo dónde no puedan atormentar te otra vez. ---Susurro esto y abrazo a la joven.

Ella solo se había dedicado a asentir y corresponder el abrazo del Pooka, unas pequeñas lágrimas recorrieron sus mejillas, no eran de tristeza sino de felicidad, felicidad de tener a alguien quien la ayudará a luchar contra sus demonios, también lloraba porque había dejado que Aster la conociera, que la viera por como realmente era, aunque ella misma no lo creía, ese había sido un momento muy especial, tanto para ella como para Aster, era un momento dónde ambos habían estado vulnerables con el otro y eso era un recuerdo que ambos atesorarían en sus mentes por el resto de sus vidas.

Solo quiero que creas en mi, nada más... (E. Aster Bunnymund x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora