Capitulo 14

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Los niños salían a la calle ansiosos por encontrar huevos de pascua, unos que otros salían para jugar con la nieve o solamente pasar el rato junto a sus familias o sus amigos. Mas ese no era el caso de la pequeña Katie, debido a su cáncer no podía salir del hospital ya que sus defensas por ahora estaban débiles. Ella se encontraba en su cama leyendo una y otra vez aquel "cuento de hadas" que tenía en sus hojas transcritas las palabras que describían a los guardianes, los seres que cuidaban y protegían a los niños de cualquier peligro de Pitch.

Cerró el libro mientras soltaba un suspiro, símbolo de que había terminado por enésima vez de leer aquel pequeño libro de veinte hojas. Bajo de aquella cama y se dirigió a un pequeño gabinete que se encontraba enfrente de la cama, aquel pequeño gabinete era más un mueble grande que se alargaba hasta tocar la pared de la ventana, era de color hueso para combinar con la habitación y dar luminosidad a esta misma para que los pacientes no se sientan decaídos, abrió el primer cajón para sacar el control remoto que controlaba la gran televisión que se encontraba arriba de dicho mueble. Con el control en la mano giro sobre sus talones para dirigirse nuevamente a la cama, la cual subió de un salto ya que era un poco más grande. Se sentó de forma india para encender aquel televisor y buscar alguna caricatura o algún programa que se deshiciera del aburrimiento que tenía Katie.

Giro su cabeza hacia la ventana viendo cómo los niños, adolescentes y hasta adultos buscaban aquellos huevos mágicos llenos de esperanza.

Le molestaba el no poder salir y divertirse con sus amigos.

Le molestaba el tener que quedarse encerrada en esa habitación sin poder hacer nada.

Le molestaba el tener que lidiar con esa estúpida enfermedad a su tan corta edad.

Pero no podía hacer nada, cerró sus ojos con frustración y frunció levemente el entrecejo mientras negaba con la cabeza tratando de disipar las inmensas ganas que tenía de llorar, pero todo fue en vano, una vez que abrió los ojos estos estaban nublados por la tormenta de lágrimas que de avecinaba, Sin poder hacer nada noto como dos pequeñas lágrimas se desprendieron de sus ojos chocando una con la sábana blanca y otra en su mano. Decidida a soltar aquel llanto noto como del suelo se formaba un círculo, mas no se sorprendió ya que sabía perfectamente de quién se trataba.

Aquel conejo de gran tamaño salió del hoyo con una hermosa canasta llena de huevos decorados y varias golosinas para Katie, iba a tomar la palabra con mucha emoción pero su sonrisa desapareció cunado observó a la pequeña limpiándose los rastros le lágrimas que había en sus mejillas, con preocupación se acercó a la cama y se sentó junto a ella dejando antes la canasta en aquel mueble largo, la rodeo con un brazo ocasionando que ella se aferrara a tu tronco soltando más lágrimas silenciosas.

--Me gustaría no tener que estar así este día. --Hablo por fin después de varios minutos de silencio, solo se escuchaba como sollozaba.

--Shhhh...no debes de sentirte así. --La consoló Aster mientras paseaba su pata por la espalda de la niña dándole consuelo-- Se que no es lindo estar en esta situación y mucho menos cuando es pascua, pero mira el lado positivo, conoces al conejo de pascua y podrás pasar mucho tiempo con el este día. --La ánimo saltando de la cama y tomando nuevamente la canasta de huevos entre sus patas.

Katie sonrió con felicidad tomando un huevo que Aster le había extendido.

Por un momento, tan solo por un momento, quería pasar un tiempo agradable con alguien, olvidándose que estaba encerrada a causa del cáncer.

--Bien, cambiando de tema. --Resoplo su nariz abriendo aquel huevo en su cama-- ¿Cómo estuvo tu día ayer que te la pasaste con ______?

--Ahh... Bueno sobre eso, estuvo... ¿Bien? --La respuesta no era la que Katie esperaba así que lo dejaría así...por ahora, porque ella ya tenía un plan para hacer hablar a su peludo amigo.

--Me alegro, ella puede llegar a ser bastante testaruda. --Rió para si misma.

--¿Encerio? --Sonaba sorprendido, perfecto era lo único que Katie necesitaba para que soltara la sopa de una vez.

--¿A qué te refieres? ¿Qué acaso no pelearon? --Fingió sorpresa, era más fácil de lo que había pensado.

--Bueno...No, en si no...estuvo más tranquila. --Eso no es suficiente para Katie, necesitaba más detalles, pero claro no se iba a dar por vencida.

--¿Cómo así? Cuéntame por favor. --Puso su típica cara de cachorrito, Aster estaba empezando a sospechar así que busco una alternativa.

--Ahh...¡Oye! ¿Qué te toco en tu huevo? --Bien jugado Aster, Katie pensaba en lo bueno que era Aster para salir de aprietos.

Me ganaste la batalla Aster, pero no la guerra.

Espera un tiempo más y soltarás hasta los secretos de la pascua.

Solo un poco de tiempo más.

Así es, cuando Katie se proponía a ser bastante tétrica lo lograba, tanto ella como sus pensamientos y "predicciones" tanto que era capaz de intimidar a cualquiera.

--Ohh, me salió un chocolate. --Mostró el dulce.

--¿Estás segura de que es chocolate? --Katie miro el "dulce" más de cerca sin entender que era realmente.

--¿Qué es? --Aster soltó una risa por lo bajo, tomo aquella golosina y le quitó la envoltura, aunque era un poco más grande que otra cosa.

De la envoltura salió un pequeño conejito, Katie lo miro sorprendida con una sonrisa en su rostro.

--Es hermoso. --Tomó al pequeño animalito entre sus manos y lo observó detenidamente, era un pequeño conejo bebé de color blanco con algunas manchas negras, una que sobresalía de las otras era que esta abarcaba su ojo derecho hasta llegar a la punta de su oreja.

--Lo es, se me ocurrió llamarlo Charlie.

--Me gusta mucho ese nombre, Charlie Bunnymund. --Sonrió Katie gustosa.

--Claro, tal vez el sea el siguiente conejo de pascua. --Dijo Aster de forma graciosa.

--Si, y le enseñarás a pelear y a repartir huevos por todo el mundo. --Aster río por el comentario de Katie.

Y entre risas y bromas así pasaron la mañana y parte del medio día.

[...]

Solo quiero que creas en mi, nada más... (E. Aster Bunnymund x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora