Kojiro entró acelerado a la mansión Sakurayashiki y buscando a Daiki. Kaoru seguía dormido y sin señales de despertar pronto.
—¿Joven Nanjo? —Daiki había salido de una de las habitaciones que quedaban cerca de la cocina —¿Qué es lo que... —se detuvo al ver a Kojiro con Kaoru en brazos —¿Qué fue lo que sucedió?
—Bebió de una bebida que contenía éxtasis —respondió Kojiro, su voz sonaba ligeramente angustiada.
—Hay que llevarlo a su habitación —dijo Daiki, guiando al más joven.
Kojiro asintió y subió las escaleras.
En el poco tiempo que llevaba trabajando en la mansión Sakurayashiki, era la primera vez que ponía un pie sobre esa parte de la casa. Su habitación y la de Daiki estaban en la parte inferior de la mansión; muy cerca de la cocina.
—¿Deberíamos llamar a un doctor? —preguntó Kojiro mientras observaba cómo el mayordomo abría la puerta de la habitación de Cherry.
Daiki prendió la luz y lo dejó pasar primero.
Los ojos de Kojiro se ampliaron exageradamente al momento de entrar en ella.
Las paredes eran blancas y con algunos cuadros; dándole luminosidad y elegancia a la habitación. La cama era king size con un cabecero en forma de... ¿trono? y con muchos cojines y almohadas sobre ella. En cada lado también había una mesa de noche con lámparas. Kojiro también pudo notar el dosel que colgaba sobre la cama, además del tocador que estaba enfrente de ella.
Sin duda parecía una habitación de la realeza.
Una habitación de... ¿princesa?
Kojiro sacudió la cabeza suavemente, dejando esos pensamientos de lado, y caminó hacia la cama.
Kaoru lucía diferente al estar dormido. Más... ¿dócil?
—Será mejor que el joven Kaoru descanse —habló Daiki mientras cerraba las cortinas de la habitación —Hay que esperar a ver cómo evoluciona. Si llega a despertar o algo, avíseme joven Nanjo.
—¡Espera, Daiki!
Daiki detuvo su andar —¿Sí, joven Nanjo?
Kojiro se sobó la nuca y soltó un leve suspiro —No creo que sea prudente que me quede aquí. Deberías quedarte tú en mi lugar.
—Pero usted es su guardaespaldas, joven Nanjo —le recordó Daiki —Es usted quien debe cuidarlo.
—Sí, lo sé, pero...
—No creo que al joven Kaoru le moleste —Daiki dirigió su mirada hacia la cama —Parece estar muy a gusto a su lado, joven Nanjo.
Kojiró lo miró sin entender y después agachó su cabeza hacia Kaoru. El de cabellos rosados se había volteado, aún dormido, y tomado su mano.
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The bodyguard and the pink rich boy
FanfictionY entonces Kojiro, al escucharlo decir esas palabras, sintió cómo todas sus preocupaciones se resolvían de la manera más fácil y poco convencional de todas. Sin duda se había ganado la lotería. Sus buenas acciones por fin estaban siendo recompensad...