9.

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Kaoru se sentía bastante cómodo en su cama. Siempre había amado la suavidad de su colchón. Sin embargo, también odiaba los rayos del sol que atravesaban su ventana.

Mmm... —Kaoru se removió de su cama e intentó levantarse de ella, pero le fue imposible al ver que un brazo fuerte y musculoso lo tenía rodeado de la cintura. Kaoru palideció y se volteó en el acto —¡Pero que mierd...

Jalón.

un jalón en su estómago lo hizo ir directo hacia al baño.

Kojiro también se despertó segundos después. Bostezó y se rascó su nuca. Su vista luego fue hacia la cama, haciéndolo abrir los ojos ampliamente.

—Mierda... me quedé dormido.

Kojiro se levantó de la cama y buscó la toga de su disfraz para ponérsela. Debía salir de la habitación cuanto antes. 

Sin embargo, cuando escuchó los sonidos que se emitían, en lo que supuso que era el baño, se levantó rápidamente de la cama.

—¿C-Cherry?

Kaoru estaba arrodillado en el piso del lujuso baño devolviendo todo lo que su estómago le permitía expulsar.

Duró así por casi cinco minutos. Luego, con las piernas temblando, se levantó y se lavó los dientes.

—Ugh... —Kaoru hizo una mueca al verse en el espejo. Su cabello estaba hecho un desastre y con el maquillaje esparcido por todo su rostro.

"¿Qué mierda había pasado anoche? " se preguntó un Kaoru muy desorientado.

Lo único que podía recordar era la fiesta del imbécil de Adam. Su guardaespaldas y él habían ido a esa dichosa fiesta al final de cuentas. Pero... no podía recordar nada más.

Su cabeza dolió, pero con ello también llegaron pequeños recuerdos de lo que sucedió la noche anterior.

Una bebida rosa y con un olor peculiar.

Ahora lo recordaba muy bien.

Le había pedido a su guardaespaldas que le trajera esa dichosa bebida...

Kaoru abrió sus ojos con sorpresa y se volteó hacia la puerta del baño.

Kojiro tragó grueso cuando la mirada del pelirosa viajó hacia él.

Tú —gruñó —¿Se puede saber que mierda haces aquí en mi habitación? y lo que es aún peor... ¿por qué caraj0s estabas desnudo y durmiendo a mi lado?

—¡No es lo que tu piensas, Cherry! —dijo apresuradamente Kojiro.

—¿Ah, sí? —se cruzó de brazos y le lanzó una mirada oscurecida —Entonces, ¿por qué estabas tan pegado a mí? ¿eh? 

En otras circustancias a Kaoru no le importaría. Él se sentía muy atraído hacia su guardaespaldas y hacia su cuerpo. Incluso había empezado a sentir cosas... diferentes. Cosas que ni él mismo sabría que nombre ponerle.

Sin embargo, también estaba sintiendo algo más.

Estaba... ¿decepcionado?

Su guardaespaldas podía verse como un maldit0 don juan, pero Kaoru no lo veía como el tipo de hombre que se aprovecharía de otros, y menos si estos habían bebido de una bebida de mierda que solo les había causado curiosidad.

—No sucedió nada. Te lo juro, Cherry.

Quería creerle. En verdad quería hacerlo. Pero... ¿cómo hacerlo?

The bodyguard and the pink rich boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora