Sonará redundante y repetitivo, pero es necesario aclararlo de nuevo. Izuku Midoriya NO está acostumbrado a ser el centro de atención.
Un chico como él... simple, sencillo, que nunca ha sido lo suficientemente importante como para llamar la atención, se siente más cómodo lejos de las miradas del resto. Esa era su área de confort.
Entonces... podrán entender lo sofocante que es para él que muchos de sus compañeros, esos que saluda solo por mera educación, tengan sus ojos puestos sobre él, y no parezcan tener intención alguna de apartarlos.
Repasó en su mente una y otra vez si no tenía nada escrito con marcador permanente en el rostro cuando se vio al espejo. O quizás era que su cabello estaba mucho más alborotado de lo normal (aun cuando pasó un buen rato tratando de peinarlo adecuadamente), tal vez era algo de su atuendo, pero estaba completamente seguro que había seguido las instrucciones de Todoroki-sama al pie de la letra.
Fuera lo que fuera, solo rogaba por algún suceso divino que desviara la atención de su persona, porque con la suerte que tenía, estaba seguro de que tropezaría con el aire bajo las miradas curiosas de todos, caería de frente en el suelo provocándose un trauma craneoencefálico severo y moriría desangrado en su miseria.
Bueno si, estaba exagerando. Pero solo un poquito.
Y justo en ese momento, como tantas veces había sucedido, la encantadora voz de su amiga Uraraka fue como un faro de luz en medio de las tinieblas. Sus orbes jade la ubicaron al frente, a un lado de la entrada. Así que sin prestar más atención a nada que no fuese sus pies, apresuró el paso hasta llegar con sus amigos.
—¿En dónde dejaste a Deku-kun?— preguntó imponente la chica, casi amenazando al rubio frente a ella, sin importarle la diferencia de altura entre ambos.
—Ya, ya. Estoy seguro que Midoriya no tardará en llegar— aseguró el pelirrojo. —Son solo 15 minutos desde su departamento.
—Kirishima-kun tiene razón— continuó Iida. —No le gustará saber que estamos preocupándonos por él innecesariamente, de nuevo.
—No es mi culpa que su maldito culo lento se atrasara— aclaró el rubio sin dejarse intimidar, pero aunque quiso sonar indiferente, había algo que estaba molestándolo. Deku estaba tramando algo, y no estaba seguro de si realmente le gustaría averiguar el qué. Toda la semana anterior había estado llegando tarde a casa (entiéndase, poco después de las 20 horas), haciendo quien sabe qué, en quién sabe dónde y quién sabe con quién; y él no tuvo oportunidad alguna de interrogarlo porque la vieja bruja que tenía como madre lo había arrastrado a unas vacaciones familiares todo el fin de semana. Pero antes de que pudiera preguntarle a esa bola de extras, y Kirishima, si sabían algo de eso...
—¡Uraraka-san! ¡Chicos!
Una serie de eventos desafortunados fue desencadenada.
Kirishima, quien hasta hace poco tomaba agua, se sorprendió lo suficiente como para escupirle en la cara a Ochako, por suerte la chica tenía muy buenos reflejos. El delicioso burrito de almuerzo que Bakugou llevaba en su mano terminó untado en el suelo. Iida, por su parte, dejó caer su mandíbula el tiempo suficiente como para que un bicho fuera directo a su garganta y empezara a ahogarse, y finalmente, Tokoyami, que había permanecido ajeno hasta el momento, puso pausa a su música, como muy raras veces sucede.
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No Fashion Muse! [TodoDeku]
Fanfiction¿Quieres confesarte a la chica de tus sueños, pero eres un desastre en la moda? ¿Un fanático de los superhéroes sin una mínima pizca de estilo? ¡O peor aún! ¡¿Un amante de las camisetas con frases tontas?! ¡Tranquilo, no todo está perdido! Descubre...