IV

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Siempre ha sido un fiel creyente de que la soledad era más liberadora,  sin expectativas que cumplir más que las propias, sin tener que ser tolerante todo el tiempo, sin miradas indiscretas que le incomodaran

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Siempre ha sido un fiel creyente de que la soledad era más liberadora,  sin expectativas que cumplir más que las propias, sin tener que ser tolerante todo el tiempo, sin miradas indiscretas que le incomodaran. Y, aunque apreciaba a Ashido y a Aoyama, él simplemente prefería la soledad a su compañía.

Entonces... se preguntaba por qué... se había encontrado a sí mismo disfrutando de la compañía de cierto peliverde.

Culparía a la costumbre, después de todo, desde esa salida al cine, Midoriya se ha ido acercando de a poco. Almorzar juntos es cosa de cada día, así como su presencia en el taller, aun cuando él no le ha llamado. Y aun cuando él no suele hablar mucho, Midoriya no parece aburrirse, iniciando conversaciones sobre cualquier cosa a las cuales él se dedica a responder con monosílabos. 

Puede que sea más que él, de a poco, ha ido dejando que Midoriya se acerque. Pero cómo podría negarse cuando luce como un -lindo- cachorrito cada vez que se acerca a él, con ojos brillantes y una sonrisa deslumbrante.

Es peligroso acostumbrarse, piensa, porque... después de todo, el día en que Midoriya se confiese, todo eso terminará. Y es más raro aún para él, porque esa incomodidad que surge cada vez al recordarlo, no le gusta para nada.

Sacudió su cabeza en negación, no era momento para ponerse filosófico, después de todo, como cada viernes habían acordado, saldrían a perder el tiempo por ahí.

Espera paciente a que las clases de la tarde de Midoriya terminen, sentado a unas mesas dispuestas alrededor de una bonita fuente en el jardín central del campus, mientras acomodaba y garabateaba en algunas hojas de su portafolio.

Ja... quien diría que Aoyama realmente era un sabio sempai, enfocar su atención en otra cosa parecía haber ayudado a dejar fluir parte de sus ideas, ha podido entregar sus tareas faltantes y aunque aún no empieza con su proyecto, cree tener una idea de lo que desea hacer. Aún faltaba mucho, pero era un avance.

De cualquier forma, quizá debió recordar las frases emo de su hermano mayor, porque como Touya solía decir, "cuando la vida empieza a ir bien, es porque todo va a empeorar".

Tal vez fue un poco idiota de su parte dejar las hojas sueltas sobre la mesa, sin ningún peso encima cerca de una JODIDA fuente, por obvias razones, llena de agua. Una corriente de aire bastante fuerte para apenas ser junio no fue capaz de hacerlo reaccionar a tiempo; primero volaron las hojas en blanco cayendo sobre el agua, y les siguieron las que realmente importaban, tareas y trabajos antiguos que eran evidencia de su trabajo en clase. Todo pareció ir en cámara lenta después de eso, se estiró tan rápido buscando alcanzarlas que terminó perdiendo el equilibrio sobre la orilla y acabó dentro de la pileta.

Fue más sorprendente escuchar un chapuzón seguido del suyo.

—Sabes, con mi mala suerte es raro que nunca haya caído en una fuente, ahora puedo tacharlo de mi lista— escuchó a Midoriya hablar con diversión.

No Fashion Muse! [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora