Dos jugadores de Basketball están obligados a verse cada fin de semana. Uno de ellos salió del closet hace mucho tiempo, mientras que el otro oculta lo que siente.
-M-Me gustas -confesó.
-¿Qué dijiste? Estaba con
audífonos.
-Oh... Buen partido.
-
ko...
Sus miradas se cruzaron y se podía sentir el calor que emanaba de sus cuerpos. Era una situación totalmente incómoda para todos.
Jimin bajó su vista al sentir sus mejillas arder, éstas lentamente se tornaban de un color rojizo y el guardia de seguridad junto con Jungkook eran cómplices de ello.
—¿Qué haces aquí? —preguntó secando su cuello con una toalla pequeña que traía colgada en su antebrazo.
— Y-Yo... Quería entrar al baño —mintió esquivando su vista—. El señor me dijo que me fuera, así q-que quería hacer mis necesidades primero.
Jungkook y Jimin se miraron por un milisegundo y como si nada, su vista se dirigió a otro lugar intentando no cruzarse otra vez.
— Oye, cabello de oro... —Jungkook carraspeó y se acercó un poco más al rubio, ignorando por completo al guardia—. ¿Oíste lo que dije?
— ¿Huh?
— Lo que dije hace un r-rato.
— Mhmm... —Jimin combatía con sus propios pensamientos si decirle la verdad o no. No sabía si iba a sacar algo bueno o malo de eso; sin embargo, esta vez prefirió mentir—. Para nada. Acabo de llegar.
— Es mejor que todos ustedes se marchen, ¿Acaso son de baloncesto?
— ¡No! —espetaron en unísono los jugadores.
— S-Somos del equipo de volleyball —mintió Jimin y Jeon lo miró con una leve sonrisa en su rostro.
— Bien. Hablaré con el entrenador. Tienen multa —dijo seriamente antes de retirarse del lugar, dejando a los jugadores solos.
El ambiente era incómodo. Claro que lo era.
Uno de ellos confesó algo que no pensaba contarle a la persona que ha sido su "Fuck buddy" y el otro escuchó aquella confesión e hizo como si nada hubiese pasado.
— Entonces...
— M-Me voy —dijo Jimin lamiendo su labio inferior sin mirarlo—. Adiós, Jungkook.
— ¡Jimin, espera!
— ¿Si?
— ¿T-Te veré en el entrenamiento? Digo, el que viene el próximo sábado.
— Y-Yo...
— Por favor no faltes —dijo casi rogándole—. Lo digo netamente por la práctica —Jeon cerró sus ojos arrepintiéndose de casi auto-confesarse.
— Lo pensaré.
— Bien...
— Bien.
— Nos vemos, Jungkook.
— Cuidate, cabello de oro.
— Te dejo —dijo antes de voltear para irse.
— ¿Eh?
— Te doy permiso para que me llames así.
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