Cupido... solo una representación absurda de un verdadero dios, si hablo de ese bebé en pañales tirando flechas por doquier.
Que tengo en común con él, que ambos somos buenos con el arco y la flecha y qué indiscutible mente tenemos un don emparejando personas.
Mis madres decidieron llamarme Tim pero el destino hizo que me llamaran Cupido, no era broma así es como me llamaban todos en la miseria de escuela.
Todo comenzó a mis cuatro añitos, cuando con simples palabras evité el divorcio de mis tíos... ahora tienen siete hijos y una economía inestable pero hey el amor nunca falta verdad.
Continué con mi historial de flechazos en la primaria emparejando a mi mejor amigo con su actual novia, así es más de diez años de noviazgo.
Muy pronto me hice conocido por emparejar parejas solo presentándolas, las chicas diciendo que podía ver los hilos rojos...
Más tonterías, era simplemente intuición.
Sin embargo a pesar de haber emparejado a cientos de personas, para ironía de la vida yo nunca me había enamorado.
Por una única y simple razón: no sé que me gusta.
Había probado casi de todo, bien dicen que no sabes que te gusta si no lo pruebas y bueno yo había probado de todo y nada me gustaba.
Es difícil saber que te gusta cuando no te has definido a ti mismo, sin embargo cuando la realidad te golpea... puede ser una gran decepción.
Y para mi desgracia estaba por golpearme.
Desperté envuelto en la bufanda de plumas, con bile por toda la cara y diamantina por todos lados... una noche salvaje.
—Buenos días Timmy—me dijo mi hermanita riendo.
—Seis años y no pude contra ti —me quejé.
La pequeña rubia se empezó a reír divertida para irse con su extraño disfraz mitad Godzilla mitad Hada.
Me levanté adolorido por dormir en su cama miniatura.
Medio muerto fui a mi habitación siendo cegado por el flash de una foto.
—Perfecto la venderé a un buen precio —dijo mi hermana mayor riendo.
Me quité la bufanda de plumas para lanzársela.
—Nini Grace quiere jugar contigo al té —grité a mi hermanita.
La pequeña salió de quien sabe dónde para sonreír divertida y jalándola a su cuarto.
—Me las pagarás—gruñó Grace quien apenas había terminado su ritual de belleza.
Asentí para irme, el golpeteo del balón en el suelo se hizo más fuerte acercándose a mi.
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Cupido no se enamora
Teen FictionTim Love, un chico como ninguno. Su asombroso don lo a llevado a ser conocido como cupido, ¿Por qué? Con una simple presentación Iba por ahí juntando a cuanta pareja podía. Flechas por aquí, flechas por haya pero ninguna para él, cupido es incapaz d...