Una mentira, un problema

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Siempre he sido alguien centrado en mis pensamientos

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Siempre he sido alguien centrado en mis pensamientos... pero ahora tenía la cabeza en todos lados debido a los sucesos acontecidos y tener al moreno a mi lado tampoco era de mucha ayuda.

—Hey —me llamó Cal a mi lado— ¿Estás bien?

—Excelente porque la pregunta —dije nervioso.

—Te ves un poco intranquilo y distraído —mencionó.

—Solo estoy un poco agobiado... con lo de Jess —mentí.

Había mentido, pero eso que significaba.

—Oh tranquilo amorcito ella está bien y te aseguro que no volverá a pasar —me calmo abrazándome.

Bufé para asentir, el moreno le puso pausa a la película.

—Vamos yo sé que te hará sentir mejor —dijo tomándome de la mano.

Salimos de casa a un rumbo desconocido... más bien conocido cuando empecé a reconocer el lugar.

—Por si no lo sabías eres el mejor —dije emocionado llegando al acuario.

—Lo se —sonrió victorioso.

Fuimos directo a la zona de medusas, ya no tenía que hacer fila aquí pues tenía mi membresía especial y era bastante conocido por las personas del lugar.

—Hola Tim —saludó Sonia al gerente del lugar.

—Hola Sonia —salude cordial.

—Llegó nueva mercancía presiento que te gustará mucho —guiño sonriendo.

Asentí feliz para dirigirme directo a las medusas, ahí estaban flotando con una gran calma como me gustaba.

—Sabes las medusas se propulsan como Jets —conté— ellas toman agua  dentro de su campana muscular y posteriormente la lanza a chorros haciendo que se propulsen.

—No lo sabía —dijo sentado a mi lado comiendo una crepa.

Me quedé observando una de ellas y por alguna razón me llegó el recuerdo... era mi conciencia probablemente.

Tenía dos opciones hablarle de lo sucedido pues la confianza es la base de una relación, o decirle la verdad y aceptar que sus suposiciones eran ciertas.

Las dos romperían el ritmo de nuestra relación solo que una de ellas lo haría a largo plazo si se sabía.

Así que decidí callarme.

Recibí un besito en la mejilla que me sacó de mis pensamientos.

—Por más que me encante verte mirar a las medusas ya es tarde —menciono.

—Podemos...

El chico sacó de su bolsillo uno de los nuevos llaveros que se prendían tal como una medusa.

Cupido no se enamora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora