Cosas del amor

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Amor, amor

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Amor, amor... tan oscuro y misterioso, no eliges a la persona que amas es un efecto químico que juega en tu contra muchas veces.

Un dato curioso es que el olor de la orina de la persona que te gusta puede ser más atrayente para ti, inmunologicamente hablando para la conservación de los genes.

Pero claro uno no va por ahí oliendo la orina de las personas, seguramente una parafilia de la que no quiero ser partícipe.

Llegué a casa algo atarantado, ahí estaba Ma llenando formas.

—Espero al menos la adopción de un niño —dije inspeccionando los formatos.

—Calmado —me regañó— sé que estas ansioso pero las dos personitas que lleguen a nuestra vida y ya sean hombres o mujeres harán muy felices a esta familia.

—Bien pero me urge un hermano, no aguantaré otro periodo rojo sincronizado —me quejé.

Ma solo negó riendo.

Mis madres siempre habían querido tener una familia enorme, iniciaron adoptando a mi hermana mayor, después gracias a la fecundación invitro nací yo, luego adoptados a mi hermana y terminaron por otra fecundación a la bebé de la familia.

Iban en su tercera inseminacion cuando llamaron para ver si podían acoger a otra persona más a lo que claro aceptaron.

Si, una gran familia.

Me encerré mi habitación para no tener que escuchar a mi hermana cantar a todo pulmón desentonadamente, escuchar los gritos en japonés de mi hermana esperando que no invoque algo, o ser atacado en brillos por la bebesaurio de la casa.

Me senté frente a mi computadora para comenzar con mi buena investigación de este misterioso chico.

Nada que lo hiciera sobresalir, notas decentes, parte del equipo de basketball pero no era una estrella simplemente un buen jugador, y lejos de su grandioso Glow up no había nada más que llamara mi atención.

Me tiré en la cama para meterme en mis redes, miles de mensajes de personas desesperadas por amor.

—Tim necesito un favor —pidió Grace entrando como todos los días.

—No te presentaré a ningún chico —repetí lo de siempre, no valoraba mi trabajo.

—Oh vamos pero si es súper lindo —se quejó.

—Te gusta uno nuevo cada día hermana así no se puede —me queje empujando a la pelirroja afuera— y dame mi llave que ya no hay respeto.

—Tengo duplicados —se delató para irse burlona.

Sip, no tenía privacidad en esta casa.

Me acosté en mi cama recordando lo que había sucedido, ese extraño sentimiento al tocar su mano.

Cupido no se enamora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora