« Sabes, se me ocurrió una forma de que ganes dinero rápido, y así puedas pagar todas tus deudas. Ya deja de mirarme así, siempre lo hiciste. Pero de verdad que hay una forma. ¿Te gustan las apuestas? ».
Jimin tiene deudas millonarias, Jeongguk tamb...
de verdad esto es re predecible pero joder nena /se muerde el labio bueno,,
muerte, traición, estoy enferma de la mente entiéndanme, son los traumas(/へ＼*)))
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fueron premiados aquella noche con una cena de ensalada, sopa y un enorme trozo de carne. jimin y jeongguk comieron el uno al frente del otro a cinco metros de distancia, cada uno en una larga mesa cubierta por aquel mantel blanco, elegante. se vistieron de traje, los números correspondientes estaban cosidos en la zona de corazón. jimin se había intentado arreglar lo mejor posible, y tenía el cabello opaco y grasoso peinado lo mejor posible en una forma natural, húmeda por el agua que intentó usar para limpiarse. el rostro tenía unas marcas del contorno de las manchas de sangre, y no se había dado cuenta, pero su cuello estaba aún lleno de chupetones violeta y verde.
jeongguk, en cambio, apenas se había apartado el cabello con el agua y la sangre seca de su piel contrastaban con la limpieza y pulcritud del traje negro y su camisa blanca. jimin tenía la cabeza gacha y no lo miraba, apenas tocó la comida completamente decepcionado y con mal sabor de boca. bebió la sopa, que estaba demasiado bien preparada y no logró acostumbrarse al sabor natural de las verduras frescas, y luego comió unos pequeños trozos del enorme trozo de carne cocinada al punto. si levantase la mirada, podría ver los ojos de jeongguk observarle con una expresión indescifrable que daba miedo gracias a su aspecto sombrío y poco afable. la cicatriz que cruzaba su ojo, los tatuajes, piercings y las manchas secas de sangre, sumado al ojo de aspecto violeta... realmente todo su parecer daba miedo.
cabizbajo se dedicaba a simplemente oler su cena, la mirada nublada y oscurecida por la tenue luz de las velas amarillentas no lograba enfocarse en nada. lo recordaba yendo hacia él con actitud de cazarle, de ser quien ganara antes de tiempo, de hacer que cayera para morir. tragó saliva y bajó los hombros. habían regresado al enorme cuarto con el silencio calándole los huesos y ambos sin hablarse el uno a otro. el criminal le clavaba los ojos sin parar aunque no tenía intención de pedirle perdón, al menos eso aparentaba, y su contrario se sentía completamente traicionado, así que intentaba alejarse lo máximo de él. no podía confiar en el hombre a quien amaba...
de repente le cayó encima un balde de agua fría, metafórico, una realización que lo dejó petrificado mientras le apartaban la comida sin tocar y dejaban frente a él el cuchillo con el jugo dela carne aún en su filo: no estaba enamorado. se había aferrado a lo único que lo hacía sentir vivo en aquel sitio lleno de muerte y desesperación. quería conseguir su aprobación para evadir lo terrible que sucedía a su alrededor, el constante estado de tensión que se acumulaba con el paso de los días, lento, cruel. algo en él estaba aferrado a jeongguk, no podía negarlo, pero era imposible (para él) enamorarse en menos de una semana, actuar de esa forma con tal de sentirse feliz a pesar de que la relación no le diera paz, en absoluto.
