« Sabes, se me ocurrió una forma de que ganes dinero rápido, y así puedas pagar todas tus deudas. Ya deja de mirarme así, siempre lo hiciste. Pero de verdad que hay una forma. ¿Te gustan las apuestas? ».
Jimin tiene deudas millonarias, Jeongguk tamb...
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fue un momento en el que el pánico se apoderó de jimin, porque sabía que no podía simplemente quedarse quieto, pero era difícil no hacerlo. porque él reaccionaba así ante las situaciones de terror puro. se sentía como un gato erizado cuando namjoon corrió en dirección a jeongguk, con su rostro maduro estando rabioso: claramente esto era una demostración del rencor que le guardaba, y eso aterrorizaba a jimin, porque significaba que el cauteloso y sencillo namjoon había perdido los estribos. entonces, sabiendo que él era lento, apresuró a tomarle la mano a jeongguk.
éste lo miró.
─── ¿qué haces? ¿no que me tienes miedo, muñeca?
─── ¡corre, mierda! ─── vociferó jimin a modo de respuesta, sin importarle en absoluto lo que el norcoreano estuviera diciendo. el joven criminal rió y no perdió tiempo en arremeter contra namjoon, tiraba del brazo a jimin cuando lo empujó fuertemente para que cayera al piso. era un caos alrededor suyo cuando comenzó a patearle el rostro, cinco veces antes de seguir corriendo. jimin gritaba desaforado por el mayor de los tres y, apenado, estiraba el brazo libre hacia éste. pero namjoon se hallaba sangrando y desorientado, y mientras los dos jóvenes se alejaban, un grupo de personas se acercaron rápido al estafador y lo patearon, pisotearon, agredieron.
jimin, como siempre, lloraba de la impresión.
apretaba la mano de jeongguk más fuerte mientras esquivaban a las personas. se encontraron a kitty dando patadas a una mujer de cabello rosa y de rasgos más sinuosos, y jeongguk le gritó 'eso, zorra' antes de seguir con su raudo camino.
─── ¡eres un animal, imbécil! ─── pero por más que le gritara eso, apretaba su mano con fuerza. jeongguk no respondía, seguía corriendo y tirándolo sin contemplaciones.
en momentos tan extremos como ese, jimin no sólo era presa del pánico, si no que también de sus propios pensamientos. éstos eran erráticos y carentes de sentido alguno, pero estaban ahí amenazándolo con brío constantemente. pensaba en lo tonto que era aquello, tonto y peligroso, porque eran tan sólo juegos que alguna vez jugó en su infancia con amigos de la calle. eran momentos en los que su vida se veía amenazada, pero aún así lo seguía intentando. porque de otra forma no podría pagar la universidad sin endeudarse, y jimin odiaba dejar las cosas a medias. odiaba la sensación de no terminar algo en un justo instante, de que aquella cosa se alargara hasta dejarlo mareado y ansioso. odiaba estar ansioso como en esos momentos, esas situaciones en las que pensaba que todo estaba por acabarse, con el corazón doliéndole en una taquicardia feroz, el alma pensando en matarse, la mente hecha jirones. dolía estar vivo, endeudado, jugando al tocar y correr para no perder la cabeza y la vida. era un pánico que lo acechaba, que lo volvía un zombie acelerado mientras un norcoreano criminal y asesino lo salvaba de una muerte que deseaba y aborrecía al mismo tiempo.
una persona más rápida aún, corriendo, se dirigía directamente hacia el confundido ex universitario, y eso lo llenó de horror. jeongguk corría y era veloz, pero mierda, ese jodido hijo de la gran mierda lo era aún más. el asesino dobló por una de las casas de nuevo y entró al patio de la misma, cerrando el alto portón de madera rápidamente. pero esa persona fornida, alta y claramente atlética, se agarró del borde de la puerta antes de que esta se cerrara, y la abrió dando un portazo tan fuerte que la sacó de uno de los goznes, dejándola colgando.
─── ¡los voy a matar! ¡gays de mierda! ─── gritó agresivamente el atleta. estaba entrado en años pero se mantenía muy bien, y tenía la cara roja de rabia, estiraba sus manos hacia jeongguk. listo para ahorcarlo. para cumplir su dicho y matarlo.─── ¡si no logro ahorcarte al menos vas a llevar el toque!
─── ay, no me calientes, viejo sabroso. ─── se burló en su cara jeongguk. esquivó las fuertes y grandes manos del señor para dirigirse abajo y darle un cabezazo en el pecho, logrando que el atleta trastabillara hacia atrás. eso les daba tiempo a escapar o a seguir atacándolo, y vaya fue la sorpresa que se llevó el norcoreano;
jimin, desaforado, llevó sus manos al cuello del señor y apretó con un brío y fuerza descomunal. rápidamenta el atleta adquirió un color verdoso en su rostro y empezó a boquear por aire. se caía poco a poco y el pequeño y escuálido joven no lo dejaba por ningún motivo. lo ahorcaba más y más, lo dejaba sin oxígeno que respirar y gritaba en su cara palabrotas, insultos que realmente eran fuertes.
─── ¡ojalá te violen en el infierno! ¡te estoy matando, te estoy matando, mereces la muerte!
la gente gritaba a su alrededor, habían golpes y patadas, escupitajos, humillaciones. escapando. gritando. exclamando. corriendo. jeongguk estaba sorprendido, pero no escatimó en agresividad y prontamente aprovechó el ataque de jimin para sacar algo de su bolsillo y dirigirlo al estómago del señor. la sangre salpicó en el uniforme de deporte de jimin y su compañero, y sin duda alguna el atleta terminó por caer, golpearse la cabeza y morir. seguía sangrando lentamente cuando los dos amantes entraron de nuevo al patio de aquella casa y cerraron el portón acelerados.
el cuerpo de jimin temblaba. y jeongguk, manchado de sangre, lo agarró desde el cabello de la nuca y le dio un beso apasionado.
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