CAPÍTULO 24(Pt.2):

938 89 9
                                    

Capítulo 24(Pt.2): La indicada.

Alex.

—¿Puedes dejar de comportate como un idiota y estarte quieto en un sólo sitio? —Pregunta mi hermano mayor con un tono de fastidio.

Colex, a sus veinticinco años aún no ha aprendido a mejorar ese mal carácter o tan siquiera ha aprendido a tener un poco más de paciencia.

—Emma llega hoy.

—Me lo has repetido unas treinta veces y aún no logro a entender tu desespero.

—¿¡Sí estás consciente de que apenas llegue empezaremos a planear la boda y eso me pone ansioso!? —Yo también pierdo la paciencia y le grito.

—¿Y tú sí estás consciente de que ambos son unos críos de dieciocho años que se terminaran divorciando a la primera discusión?

—Ya cállate, Colex —Le doy la espalda.

Lo escucho suspirar por detrás de mí para luego volverlo a tener de frente cuando se atraviesa en mi camino.

—Alex, exijo volver a tener esta conversación contigo. ¡Eres muy joven para casarte!

Volteo los ojos y me aparto —Ya le pedí matrimonio y ya nos vamos a casar.

Bufa y se pasa las manos por el cabello consecutivamente.

—No voy a parar de molestarte hasta que nos sentemos y hablemos sobre esto.

Respiro hondo y me tranquilizo para sentarme a su a conversar.

¿Por qué no había hecho esto antes?

Trato de buscar alguna respuesta lógica y tan común como que soy rebelde y no acepto la opinión de nadie más.

Pero detrás de todas esas sin fin de respuestas que me gustaría haberme dado a mí mismo, está la verdadera...

Le tengo miedo a lo que pueda decir y al que sus palabras logren hacerme desistir de una idea que adopté sólo por sentirme culpable de algo que jamás debí hacer.

—Que sea rápido, ya casi debo salir a recogerla al aeropuerto.

—Es una estupidez el que te cases con la primera persona de la que te enamoras.

—Sé que es la indicada.

—La indicada para ser tu primer amor, no tu esposa, Alex.

—Con Alicia no sentí esto y con Emma sí, debe de ser una señal.

—No lo sentiste con tu ex porque no estabas enamorado y de Emma sí y aunque por amor se hagan muchas locuras, casarse ya es una extrema.

—Me siento seguro.

—No, no te sientes seguro. Te sientes culpable y es por eso que desde hace mucho dejaste de ser tú para complacerla en todo y cumplir cada uno de sus sueños para que cuando le digas la verdad a la cara a ella no le quede otra alternativa que decir: "vaya, después de todo lo que ha hecho por mí lo mínimo que puedo hacer es perdonarlo".

Me quedo en silencio por unos segundos mirando a la nada mientras escucho sus palabras resonar en mi mente una y otra vez.

—¿Y a ti quién te dijo que le contaré?

Cierra los ojos y deja salir un suspiro por la boca, se pone de pie y me da la espalda para decirme.

—Te vas arrepentir de haberte casado exactamente tres segundos después de hacerlo y te arrepentirás toda la vida de nunca haberle contado todo lo que sabes.

Remember Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora