CAPÍTULO 10: "TERQUEDAD"

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— No ha pasado nada entre nosotras. Te lo juro — mamá me miró con los ojos entrecerrados. Su cara la delataba. No me estaba creyendo ni una sola palabra — No me veas así. No estoy mintiendo

  Suspiró y se acomodó en el banco alto que se encontraba justo a un lado de ella.

— Hija, te conozco como si te hubiera parido. Es imposible que trates de engañarme, aunque lo intentes, siempre lo sabré

  Expulsé un quejido de irritación.

— Por favor, mamá ¡Créeme! No-estoy-mintiendote ¡De verdad!

  Me fulminó con la mirada. Automáticamente me estremecí. Y, por inercia, sentí que tenía que parar con el engaño.

  ¡Mí madre y su maldita habilidad para sacar información a las personas!

— Está bien...

  Mamá alivianó la tensión de su rostro y quedó expectante a mis palabras. No dijo nada, entonces supe que me estaba permitiendo continuar.

— Sí, es verdad, algo ocurrió entre yo y Yamila — continúe — Algo nada bueno... — comencé a narrar todo lo sucedido, cada detalle que pude agregar, lo agregué. Ella me escuchó durante todo el rato sin interrumpirme ningún solo momento.
 
  Mientras le contaba, un nudo en la garganta se me había formado. Pero de todas formas, me aguanté y seguí hablando.

— ¿Y esto te costaba decirme? ¿Por qué esa necesidad de mentirme?

— No es tan sencillo como lo haces parecer. Créeme que si fuera así, lo habría hecho desde hace rato

— Yo entiendo, cariño — se quitó los anteojos y limpió las lentes con el borde de su remera — Pero no debes mentirme. Sabes que puedes contarme lo que sea. Yo siempre te escucharé. Siempre estaré para ti

  Torcí los labios hacia un lado.

— Lo sé... Perdona, no volverá a pasar...

— No prometas cosas que tal vez no puedas cumplir

  Fruncí el ceño — No prometí nada

— Pero lo aseguraste. Es casi lo mismo

— Claro que no — la miré con cara de "nada que ver ¿Que dices?"

  Mamá comenzó a reírse. Terminó de limpiar sus lentes y volvió a ponerlos encima.

  Juntó sus manos en la mesa y me miró nuevamente. En su rostro se había reflejado seriedad, como si lo que estaba a punto de decirme carecía totalmente de gracia.

— Corazón, tienes que aprender a ponerte en el lugar de los demás. A ver más allá de las situaciones. Escuchándolos, dándoles la oportunidad de que te cuenten su posición o su situación, es la manera de solucionar los problemas. O, al menos, entender los motivos por el que sucedieron ciertas cosas — se detuvo unos segundos — No te encapriches. No te pongas en este modo orgullosa herida. Hablas y te comportas como si fueras la única víctima en toda esta situación, pero, prestando atención a tu anécdota, me doy cuenta de que no es así. Nadie es víctima o todos lo son.

  El nudo en la garganta había vuelto, pero con más brutalidad que antes. Se me hacía difícil disimularlo, incluso cuando trague saliva creí haber visto a mamá mirar hacia la dirección de esa zona. Cómo si lo hubiera notado.

— ¿Por qué no le das una oportunidad a Yamila para que te explique bien como fueron las cosas? Pero en persona, porque hablando cara a cara se hes más honesto...

  Volví a tragar saliva.
 
  Las ganas que tenía de que ese nudo, esa molesta sensación de presión en mí garganta  desapareciera, era inmensa.

  Inhalé una bocanada de aire y me puse sería. Ignorando todo lo que estaba ocurriendo en mí interior, para así evitar que esto me jugara en contra al momento de hablar.

— Porque ya me lo explicó. En los mensajes que me envió aquel día ¿Te acuerdas que te mencioné ese importante detalle? No tendría sentido hablar ahora...

— Si, me acuerdo. Y no, estás equivocada ¡Claro que tiene sentido! ¿O a caso piensas permitir que una tontería adolescente arruiné una hermosa amistad de años?

  ¿Tontería adolescente? ¿A caso lo que me pasa te parece una tontería adolescente? No puedo creer que seas tan cínica como para fingir interés en mí y al final termines por minimizarlo de esa manera ¡Te odio!

   Mí mandíbula se tensionó, pues ese pensamiento hizo crecer un enojo casi palpable en mí.

  ¡Te odio! ¡Eres una mala madre!

  ¡No! ¡Basta! ¡Basta de pensar así! Esto no te ayudará en nada.

  ¡Quitense miserables pensamientos de mierda! ¡Quitense de mí!

  Sacudí mí mente fuertemente.

— Mamá. No servirá. Nada de esto servirá. Olvídalo. Olvida todo lo que te conté — apreté mis dientes conteniendo la rabia y me puse de pie.

  Estuve a punto de irme, hasta que mamá me detuvo cuando continuó hablando.

— ¡Alis! Estamos hablando, por favor. Vuelve a tu lugar

— No ¿Para qué? — la miré fijamente a los ojos, como retándola. Cómo demostrándole que estaba dispuesta a todo si ella pensaba en atacarme

— Para ayudarte, hija ¿Para qué más va a ser? Soy tu mamá, lo único que quiero es que estés bien. Y si yo puedo serte de ayuda, entonces me esforzaré por conseguirlo. Pero, por favor, no seas tan terca y no te dejes llevar por tus impulsos

— No soy terca

— Claro que lo eres. Fíjate. Fíjate cómo, de todo lo que te dije, solo tomaste esa palabra para así poder continuar discutiendo conmigo. No quieres escucharme, solo quieres darme y darte motivos para tener la razón.

  ¿Ahora yo soy la busca pleitos? ! Por favor

— No siempre puedes tener la razón

  Eso lo sé perfectamente, no soy estúpida. Pero en este caso, obviamente tengo la razón.

— ¿No piensas responderme?

  ¡No!

— ¿Sabes, hija?... Si una persona permite que su orgullo maneje su vida, créeme, no pasará mucho tiempo para que termine por perder a todas las personas que ama... Las personas caprichosas, siempre se quedan solas al final...

  Se levantó de su asiento y suspiró.

— Piénsalo...

  Se dirigió hacia la cocina y sacó del horno una bandeja con comida. Olía tan delicioso, pero no podía disfrutarlo pues la amargura que sentía en mí me pesaba, me quitaba todo atisbo de alegría y bienestar.

  Me dio la espalda.
 
  Me ignoró.

  Entonces supe que ahí había terminado su sermón. Ya no tenía nada más para decirme.

  Estuve a punto de decir algo, pero no fui capas. No podía, por más que lo intentaba, por más que me esforzaba, simplemente no podía. No me salía.

  La voz en mí cabeza me decía que hiciera algo, que no fuera tan tonta como para dejar las cosas así, pero una parte de mí me impulsaba a callarme y no hacer nada. Más bien, parecía sentir placer y satisfacción en ese estado o posición de víctima. Y fue más fuerte que mí voluntad de rendirme y ser sincera. Así que, di media vuelta y me marché escaleras arriba.

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<3 NOTITA DE LA AUTORA <3

  Holis! Cómo están? Espero que súper genial!

  Bueno, ya habrán notado que el capítulo de hoy fue más corto que los anteriores, jeje. Pero así tenía que ser.

  Espero les haya gustado.

  Pronto estaré actualizando. Esperenme! ✨

  Saluditos y que tengan lindo día ❤️
 

&quot;AMORES TÓXICOS&quot; [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora