La Película de Luna y Matteo [1]

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—¿Y ahora dónde está el cisne de cristal? —Pregunta Matteo con curiosidad.

—Ámbar se lo tomó cuando se mudó con Simón.

—Es un adorno muy bonito. Me da ganas de tener una estatua de cisne a nuestra boda.

—Y dices que soy yo la que tiene ideas al ultimo momento pero mira tú con tu estatua. —Le acusa Luna riendo.

—Bueno, es que me parece bonito ¿no?

—Si, es muy bonito. Pensaremos en eso. —Asiente la mexicana antes de poner el capítulo siguiente y abrazar al italiano.

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En la mansión, Sharon espera a que Ámbar hable mientras Matteo y Luna esperen atrás.

Matteo : ¿Entonces? ¿Se lo digo yo?

Sharon : Basta de suspenso, habla.

Ámbar : Es sobre el cisne de cristal. Siempre me pareció un objeto de arte tan increíble, inigualable. Cada vez que pasaba lo miraba. No podía dejar de mirarlo.

Sharon : Al punto.

—¿No estabas incómodo ahí atrás? —Pregunta la castaña.

—Un poquito pero quería asegurarme de que dijera la verdad.

Ámbar : Si. Un día pasé y lo quise ver mejor. Entonces, lo tomé y cuando lo levanté para acercarlo más a mí, se cayó. Si, si se cayó y se me rompió. Yo me puse muy nerviosa, no sabía qué hacer con la situación. Me dio mucho miedo contártelo y que te enojes conmigo.

Sharon : El cisne apareció en perfectas condiciones.

Ámbar : Si, si porque yo misma me encargué de buscar la joyería donde se vende y hacerlo traer hasta acá. Siempre tuve buenas intenciones. No quería que nadie se entere. De hecho, el día en que lo iba a dejar en el lugar donde estaba, escuché que me llamabas y me puse nerviosa. Tenía que resolver la situación lo más rápido que pude, entonces lo dejé en un saco que estaba en la cocina. Yo no tenía idea que ese saco era de Miguel. Después me olvidé, me olvidé no sé, me olvidé de sacarlo. Pero créeme que nunca tuve intenciones de perjudicar o lastimar a nadie y menos a la familia de Luna porque Luna es mi amiga.

—La mentira más mentirosa de aquella época. —Comenta el castaño divertido.

Sharon : ¿Te das cuenta de las consecuencias de tu acción? Por tu culpa se acusó a gente inocente de haber robado.

Ámbar : Si, obvio que me doy cuenta. Pero de verdad, yo no lo hice a propósito.

Sharon : Después voy a hablar con tus padres Luna. Ahora necesito hablar con mi ahijada, a solas.

Luna : Si, si. (se da la vuelta y se retira)

Sharon : (mira a Matteo) Matteo por favor.

—Y así fue como yo, Matteo el chico fresa Balsano, logró solucionar el problema de mi chica delivery. —Dice orgulloso y Luna le da un beso en la mejilla.