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—¿CREEN QUE MIS AUREOLAS SON RARAS?
— No.
— ¿Los bordes?
— Maddy, están bien.
Me adentré a la habitación de mi hermana mayor, quién se encontraba con sus amigas preparándose para la fiesta en lo de McKay. Yo había vuelto hace poco de la primera clase del año y había sido una jodida locura, dos horas y medias sin descanso. Madame Rousseau estaba obsesionada con lograr que muchas de nosotras aplicáramos una pasantía a Francia para entrar como estudiantes de intercambio a un estudio prestigioso de allí, en representación del nuestro por lo que este año sería explosivo.
Entonces las ganas de ir a esa puta fiesta se me habían esfumado por completo. Recién salía de bañarme y lo único que quería era dormir hasta el lunes. Pero Amy y Enzo me habían amenazado con que si no iba filtrarían mis fotos desnudas de bebé así que no, gracias. Prefería seguir manteniendo mi dignidad.
— ¿Qué carajos hacen? —inquirí tirándome en la cama, justo al lado de Kat que se encontraba muy concentrada texteando en su movil, mientras Maddy les enseñaba los senos.
— ¿Las notas raras? —señaló la castaña provocando que enarcara una ceja. A veces me preguntaba realmente que estaba mal con mi hermana.
— Lucen bien —me encogí de hombros apoyando mi cabeza en el hombro de la de lentes. Esta me dedicó una amable sonrisa antes de bloquear su celular.
Me llevaba más que bien con su grupo, ellas me querían a mí y Amy como unas integrantes más por lo que resultaba bastante divertido aunque no lo crean.
