ㅤㅤㅤhow to be an alpha ／ minsung.

eight.

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ㅤ‎Jisung no podía dormir.

Su periodo de celo se había calmado por fin, sin embargo, la mala suerte le había golpeado cuando la primera tormenta de nieve se llevó a cabo esa noche, y si bien no era tan sensible al frío; el golpeteo de las bolitas de hielo en su ventana lo tenían atento y totalmente tenso en su cama. Tan susceptible a los ruidos fuertes como lo era las tormentas de nieve, sobre todo durante la noche le ponían los pelos de punta. El silbido del fuerte viento, la madera crujiente, las patas sobre la nieve; todo eso estaba conduciendo a Han lentamente a un ataque de pánico y siempre se sintió totalmente inútil como para si quiera intentar relajarse. Cada vez que eso sucedía él solo lloraba en silencio, ahogándose en su propia respiración hasta que el cansancio superaba su consciencia y no se daba cuenta del momento en que caía dormido. Muchas de esas veces duraba entre cuarenta y cinco minutos hasta una hora y media, entonces despertaba con los ojos hinchados a la mañana siguiente y se sentía más cansado que de costumbre.

Con la punta de los dedos entumidos se llevó las piernas al pecho mientras se inclinaba a un costado, las lágrimas deslizándose por sus mejillas. Probablemente dentro de poco su cuerpo se iba a paralizar por el miedo y no se movería de aquella posición hasta la mañana siguiente, sin embargo pudo sentir a su lobo alzar ambas orejas con atención antes de mover la cola con ansiedad y emoción. Jisung apretó sus piernas juntas, intentando enderezarse un poco sobre la cama mientras trataba inútilmente de escuchar algo que no fuese la enorme y ruidosa ventisca fuera de la cabaña, pensando inocentemente que la reacción de su lobo se debía a algún ruido.

Muy contrario a lo que pensaba, se quitó las mantas de encima cuando reconoció el cálido sentimiento en su pecho como el llamado de su alfa. ¿Estaba Minho llamándolo inconscientemente o... Lo estaba esperando en su habitación?

Se removió ansioso, ignorando el ligero dolor en sus extremidades debido al frío cuando sus pies descalzos hicieron contacto con el suelo. Se arrastró con sutileza hasta la puerta de su habitación, abriendo la misma con el mayor cuidado posible, sabiendo que su abuela tenía el oído excesivamente sensible y desarrollado; cualquier ruido fuera del común la haría despertarse. Con más lentitud de la que su ansiedad hubiera querido él se deslizó fuera de la pieza, dejando entre abierto al no atreverse a cerrar la puerta para no armar un escándalo.

Casi de puntitas dio pequeños saltos hasta la puerta de la habitación donde ahora Minho estaba durmiendo y dudó unos momentos en si era correcto tocar antes de entrar. Si el alfa estaba dormido iba a despertarlo, y si estaba despierto podría ser incómodo entrar sin avisar y encontrarlo en... Cualquier tipo de situación vergonzosa. Tuvo que sacudir la cabeza para evitar que su mente se dirigiera a ese tipo de pensamientos antes de, con toda la valentía que no tenía, abrir finalmente y asomar la cabeza dentro. El aroma fue lo primero que lo golpeó, casi imperceptible al inicio pero con una intensidad enorme a medida que su vista escrutaba las condiciones del lugar.