Chi no Himawari

Himawari

La suave brisa hacía que los temblores del cuerpo de la pelinegra incrementaran, el dia es bastante frio, como todos los días, la Hyuga dejaba girasoles en la tumba de su hijo, sus manos pálidas, que se notaban delicadas por el descuido que tuvo la madre a enterarse de que su hijo está muerto. Los ojos color perla, observaban la tumba de su segundo amor, lagrimas cayeron al recordar a Boruto, lo extrañaba tanto, sentía que una parte de su corazón fue arrancado desde que el momento que se enteró. Se sintió tan miserable al saber que ella sabía lo que estaba pasando, pero nunca pudo hacer nada, solo observar como aquella enfermedad lo consumía lentamente a sus espaldas.

Al principio se refugió en su mente, asegurando que el seguía vivo, disociándose de la realidad al punto de la locura, sin embargo, al ver el dolor de sus dos hijos intento mantenerse fuerte, aceptando que su hijo ya no estaba con ella y tenía que estar con su familia.

Sin embargo.

A quien engañaba, estar fuerte ante la situación es un infierno, como quisiera revivirlo y darle un abrazo, el abrazo que tanto necesitaba, no se perdonaría que no estuvo para el y pudo hacer un cambio. La misma sonrisa juvenil que tenía, la misma que su esposo se había desvanecido

No se dio cuenta y el llanto la controlaba, no importando el frio, el clima ni su condicion, ella solo quería a su hijo.

- Madre - la tierna voz de Himawari resonó en los oídos de la mujer.

Esta sin mas no respondió, solo se dejó en su trance, una mueca de tristeza fue la reacción de Hima, sabía que tenía sus momentos, la dejaría en paz hoy pero no sin antes de dejarla con una suave manta para que no le dé frio, esto era así, días llenos de melancolía su madre visitaba la tumba que decía 'Boruto Uzumaki'

Beso su mejilla antes de irse para seguir estudiando con sus exámenes, pues la conversación era inútil, tarde o temprano lo superaría.

El frio paso por su cuerpo, se abrazó a ella misma, sintiéndose depresiva, llego a su casa, el ambiente bastante calmado para lo que fue entonces, ignoro los retratos familiares para entrar a su habitación.

Cuando abrió la puerta se encontró a su hermano, sus ojos grises todavía llevando arrepentimiento en sus ojos.

- Que pasa - Hablo agachando su cabeza, desde la muerte de su hermano, la relación con Kawaki se alejó un poco, solo hablaban en ocasiones donde el mayor este abatido o estuvieran los dos en un lugar vacío, como esta vez

- Perdóname, solo... estas fotos son únicas - Se paro de la cama, dejando el marco que tenía en sus manos encima de un cajon suyo, seguramente recordando a Boruto, suspiro ruidosamente.

- ¿Todavía te sientes culpable? - Pregunto suavemente, cerró la puerta de la habitación para más privacidad, no quería que sus padres escucharan la conversación.

Recordó momentáneamente cuando su papa lo tomo con tanta madures que le enfado tanto hasta que entendió que necesitaba estar fuerte delante de su familia, ahora volviéndose más cariñoso y dando todo el apoyo que tenía para dar, - dando el parecer que su progenitor no estaba muerto – más tarde se enteraría de la razón: cuando se enteró de su muerte casi renuncia a su puesto, claro, el arrepentimiento llenando sus sentidos, recapacito volviéndose alguien más conservador pero dándose mejoras para los demás, no ignoraba cuando dos semanas de la muerte de Boruto, el mismo estallo en la cara de madre y mía, gritándonos como se odiaba por no estar con su hijo, soltando lágrimas, Hinata le dio una ruidosa cachetada haciendo que volviera a su ser, que dejara de ser egoísta y empiece a pensar en su familia, ya no estaba Boruto y tenía que aceptarlo y darle el amor que nunca se le mostro a Kawaki y Himawari.

- Un poco.. pienso que si no fuera por la forma que le rechace no hubiera muerto sintiéndose como basura, ya sabes - Respondió bastante calmado, se alegró de que ya al decir estas palabras, no tuviera un ataque de ira, pensó la chica.