Capítulo diecisiete

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El lunes había llegado tan rápido que TaeHyung ni siquiera tuvo tiempo de quejarse ante lo corto que fue el fin de semana. ¿Por qué siempre era así? De lunes a viernes parecía transcurrir una eternidad, pero el sábado y domingo, parpadeabas y ya era hora de levantarse temprano de nuevo para las clases.

Quien inventó ese sistema no le agradaba mucho por no agregarle un día al fin de semana.

En fin, como era de costumbre, el rubio se encontraba en su escritorio mientras realizaba algunos ejercicios. Debía admitir que llegaba a ser satisfactorio ver su avance. Ahora podía entender los problemas de su libro y realizarlos sin colapsar en el proceso.

—Lo estás haciendo bien —JungKook le dijo mientras ojeaba la hoja que le acababa de ser entregada—. Y no tardaste mucho.

—Me siento como si pudiera inventar un nuevo caso de factorización.

—Calma, señor matemático.

—¿Miedo de que el aprendiz supere al maestro, Mr. fuckboy?

El azabache lo observó antes de negar con diversión y levantarse de su silla, ubicándose detrás de TaeHyung. Se inclinó levemente, haciendo que su pecho quedara pegado al chico, sus brazos apoyados en el escritorio a lado y lado de TaeHyung, atrapándolo entre ellos. Sus rostros quedando uno al lado del otro.

—Aquí —habló él, señalando un lugar en específico de la hoja—. Tendré miedo después de que no olvides aplicar las leyes de los logaritmos.

El rubio observó y quiso darse un pequeño golpe al notar que había omitido ese detalle. No obstante, no pudo prestarle mucha atención a reprocharse por su error gracias a la gran y masculina presencia que se encontraba casi encima suyo.

Giró levemente su rostro y su mirada chocó con la del chico, quien lo observaba expectante de una respuesta.

—La próxima no lo pasaré por alto. —contestó, su aliento chocando con la faz ajena.

JungKook pareció desviar su atención durante un instante hacia algún lugar más abajo de los almendrados ojos de TaeHyung. Después volvió a conectar sus miradas, para terminar por separarse de imprevisto.

Los latidos acelerados del mayor se vieron reflejados en el leve carmesí que subió a sus mejillas, el cual intentó esconder girando su rostro con velocidad y pretendiendo escribir en su hoja.

El azabache por su lado lo observó, relamiéndose los labios y sonriendo satisfecho.

La primera hora transcurrió así, una tarde de estudio sorprendentemente cómoda. ¿Ambos chicos se habían estado dedicando pequeñas miradas? Sólo ellos en su interior lo sabían.

Ese día en particular JungKook parecía estar de buenas, no siendo molesto como de costumbre, lo cual no era bueno para el corazón del rubio, quien se mentía a sí mismo con que su amor platónico se había esfumado en su totalidad. Por tanto, en un intento de distanciar aquella idea, propuso un nuevo tema de conversación.

—Entonces tú y JaeHyun se conocen de antes, ¿no es así?

TaeHyung curioseó sin dejar de realizar el ejercicio de matemáticas en un vago intento de restarle importancia a su pregunta.

Esa incógnita picó en su interior desde aquella noche en la fiesta. Y bien, la curiosidad había matado el gato, pero para su suerte, él no cabía en la descripción de dicho mínimo, así que creía estaría bien.

Un pequeño silencio se instaló entre ellos, hasta que el azabache decidió hablar.

—¿Seguiste en contacto con él?

Enamorando al Nerd | kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora