Los días pasaron como viento que sopla las hojas de los árboles en otoño.
En ese tiempo, no había intercambiado ni una sola palabra con JungKook.
La escuela había terminado, dando lugar a las vacaciones, e implicando que ya no se lo toparía en persona. En tanto a los mensajes, más de una vez TaeHyung había abierto el chat que cargaba el nombre de ese pelinegro, pero cuando sus dedos iban a pulsar alguna letra, terminaba por cerrarlo y dejar su teléfono de lado.
Un mensaje por parte de JungKook tampoco había llegado.
Por eso estaba allí, en su habitación, terminando de alistarse para el baile de graduación.
¿Cómo es que eso había sucedido?
Después de haber estado resignado a no ir, tan sólo cuatro días antes, recibió una invitación. TaeYong le había pedido que fuera su pareja para el baile.
Definitivamente fue extraño, sobretodo porque no se había esperado algo como eso. Pero el chico se había encargado de convencerlo al decirle que esa era la forma perfecta de darle una oportunidad a la noche para que ambos pudieran pasarla bien. Que sólo irían como dos buenos amigos que se divertirían.
Porque sí, JiSoo, con quien JiMin también había estado de acuerdo en que debería ir, a última hora había cambiado de opinión por completo, y parecía muy emocionada por asistir al dichoso baile. Dijo que era el momento perfecto para presentarles al chico con el que había estado saliendo, y creía podía ser el indicado.
Esa fue otra razón por la que TaeHyung se obligó a ponerse el traje que tenía ahora sobre su cuerpo. Conocer a la próxima posible pareja de JiSoo era algo que no se podía perder, pues debía cumplir con su deber como mejor amigo y analizar al sujeto en cuestión hasta estar seguro de que era una persona decente.
—¡Llegaron por ti! —su madre entonó con algo de fuerza, evidentemente emocionada, desde la parte de abajo de las escaleras en el primer piso.
Respiró hondo, dándose un último vistazo de sí mismo en el espejo.
Se veía bien. No estaba muy acostumbrado a usar traje, pero ese en particular se ajustaba muy bien a él. No era tan clásico, pues al elegirlo se había esforzado por que no fuera así, siendo que los típicos trajes se le hacían algo aburridos.
Por eso, el suyo tenía uno que otro detalle. Por ejemplo, la chaqueta era algo más corta de lo normal, tenía un cinturón que se ajustaba en su cintura, dándole bastante forma y permitiendo que un bonito moño hecho con el mismo decorara la parte de enfrente. También, el hecho de que era de un lindo color gris combinaba perfectamente con su tez algo morena y su cabello rubio.
—¡Voy! —respondió, ya listo, encaminándose fuera de su habitación.
Cuando llegó a la primera planta, lo recibieron sus padres. Su madre quien lo admiraba con sus orbes brillantes de ver lo lindo y grande que estaba su pequeñín. Y su padre, quien estaba de forma algo similar, a excepción de por las pequeñas miradas que le daba a TaeYong, inspeccionándolo.
Pero al menos ya no era tan rudo al juzgar.
—Vengan, déjenme tomarles una foto. —YooNa habló, haciendo señas con las manos para que ambos chicos se juntaran.
—Siento esto. —le murmuró a su amigo, cuando este llegó a su lado. Su madre estaba frente a ellos, apuntándoles con la cámara de su teléfono y sonriéndoles.
—No tienes que disculparte. Quedará para el recuerdo. —él respondió sencillo, antes de mirar a la cámara.
Ambos sonrieron, y TaeYong apoyó una de sus manos en el hombro del rubio, mientras que con la otra hizo aquel típico signo de paz que tanto usaba la gente hoy en día cada vez que tenían una cámara enfrente. Claramente, TaeHyung había imitado la posición, y así es como quedaron inmortalizados en la memoria del teléfono de u madre.
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Enamorando al Nerd | kookv.
Fanfiction¿Te gusta el nerd de la clase y no sabes qué hacer? ¿Quisieras que ese chico hundiera su cara entre tus piernas en vez de en los libros? ¿Quieres ganarte su corazón sin necesidad de saber hacer derivadas? ¡Pues estás en el lugar correcto! Con el...