Capítulo cuatro

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De verdad que TaeHyung debía dejar de subestimar qué tan dificil podía llegar a ser algo. Más si estaba relacionado de alguna manera con Jeon tengo una personalidad de mierda Kook.

Déjenme ponerlos en contexto.

Después de ese primer pequeño intercambio de palabras —nada parecido al cuento de hadas esperado por el rubio— que habían tenido ambos en la escuela después de charlar con el maestro Kwon, habían hablado por teléfono.

Y por hablar se refería a que JungKook le pidió la dirección de su casa y luego le dijo un día y una hora para la primera tutoría, sin darle elección.

Esa fecha había llegado y ahora estaban en su casa, TaeHyung preguntándose cada segundo cómo podía tener tantas ganas de patear y besar a alguien al mismo tiempo.

Cuando JungKook había llegado a su casa, el rubio había quedado perplejo ante lo jodidamente perfecto y caliente que se veía el chico. Toda su ropa era negra, su camisa ligera y de mangas largas, las cuales tenía arremangadas dejando más a la vista que nunca los tatuajes de uno de sus brazos, su pantalón deportivo y no tan ajustado, y sus botas que dios, TaeHyung estaría feliz de que le pisara la cara con ellas.

Y perfectamente pudo haber seguido babeando mentalmente por lo bien que se veía Jeon, sin embargo, la voz del mismo lo sacó bruscamente de su burbuja.

"¿Me vas a dejar entrar? No tengo todo el día."

Y ahí había comenzado su hermosa travesía llamada: Mi crush es mi tutor de matemáticas, y aunque está mamadísimo y me encanta, es tan arrogante y mandón que quiero pegarle un puño directo en la nariz.

—Espero hayas entendido, porque no te pienso volver a explicar —el pelinegro le dijo—. Haz los ejercicios de la página y grítame cuando termines.

—¿Gritar...? —TaeHyung ni si quiera alcanzó a preguntar cuando vio que el chico se levantaba de la silla al lado suyo—. ¿A dónde vas?

Y claramente la respuesta a su pregunta nunca llegó.

¿Acaso era justo que a una persona tan intolerable le dieran tanta belleza y atractivo?

Y peor aún, ¿era justo que después de ver su verdadera personalidad a TaeHyung le siguiera gustando?

Necesitaba dejar de ser tan masoquista.

TaeHyung gruñó bajito antes de volver su mirada al libro de texto resignado a comenzar con los ejercicios que su tutor le había indicado. Lastimosamente, un fuerte —y para nada agradable— aroma entrando por su nariz no le permitió pasar del tercer punto.

¿Acaso eso era olor a cigarrillo?

Se levantó de su silla, y salió de la habitación. Su nariz automáticamente se arrugó ante el feo olor, más aún así tuvo que olisquear un poco para intentar saber de donde provenía. En definitiva no venía del piso de abajo, parecía más bien venir del cuarto de invitados.

Sus pasos se dirigieron hacia dicha habitación, y cuando llegó a la puerta confirmó que el aroma provenía de allí pues se sentía mucho más fuerte que en cualquier otro lado. No esperó mucho, girando la perilla entró al cuarto, y lo que vió hizo que su molestia aumentara un millón por minuto.

¡¿JungKook estaba fumando dentro su casa?!

—¡¿Qué crees que haces?! —exclamó exaltado acercándose a él.

El azabache se giró, dejando de ver por la ventana y quedando frente a frente con TaeHyung.

—¿Terminaste los ejercicios? —preguntó a cambio, ignorándolo a él y a su histeria.

—¡No, porque el maldito olor a cigarrillo no me dejó seguir! —contestó enojado hasta los nervios—. Apágalo, ahora.

—¿Por qué haría eso, rubiecito? —JungKook sonrió burlón y TaeHyung tuvo que evitar notar lo asquerosamente atractiva que fue esa sonrisa.

—Porque es casa, y no vas a fumar en ella —enervó, su ojos lanzándole dagas al chico.

Se quedaron unos instantes mirándose mutuamente, estableciendo una fuerte tensión de desafío entre ambos, hasta que JungKook desvió la mirada para darle otra calada a su cigarrillo.

TaeHyung le iba a gritar de nuevo, pero fue callado por el humo que dio contra su cara. JungKook le había tirado el humo del tabaco en todo su hermoso rostro.

—¡Eres un idiota! —le gritó furioso, antes de sin importarle mucho abalanzársele encima.

Iba a matarlo.

O por lo menos era era su intención, ya que no estuvo ni cerca de hacerlo, pues el pelinegro sin mucho esfuerzo lo había detenido y girado, haciendo que ahora él quedara pegado contra la pared, acorralado.

—¿Cómo me llamaste? —JungKook preguntó, ambos brazos a los lados de la cabeza de TaeHyung.

El rubio tuvo que mirar un poco hacia arriba para poder verlo a los ojos, y cuando lo logró tragó saliva.

—Yo... —comenzó a decir pero las palabras murieron en su boca.

¿Por qué de repente las mil y un palabras fuertes que tenía para decirle se habían desaparecido de su mente? ¿Por qué no era capaz si quiera de hablar o intentar defenderse? Golpearlo como tenía en mente cuando se le abalanzó encima, o al menos empujarlo para poder salir de ese arrinconamiento.

Tal vez tenía que ver con que en realidad todo su ser quería que ese chico le comiera la boca.

Y no lo juzguen, si vieran lo caliente que se veía JungKook en ese momento, entendería porqué TaeHyung parecía tener bipolaridad al odiarlo y amarlo al mismo tiempo.

Otra pobre víctima del efecto de Jeon JungKook.

—¿Eso es todo lo que dirás, rubiecito? —JungKook cuestionó, aproximando más su rostro, su mirada nunca dejando de ser intimidante.

TaeHyung tragó saliva de nuevo. Quería gritarle que no lo llamara de esa manera, pero era demasiado débil y la cercanía de sus rostros nublaba totalmente cada sección racional de su cerebro.

JungKook sonrió torcidamente antes de mostrarle la mano en la que tenía el cigarrillo. TaeHyung apenas pudo girar un poco su cabeza para verlo debido a la falta de espacio, pero aún así notó como el pelinegro aplastó el cigarrillo contra la pared.

—Ve a terminar tus ejercicios —JungKook le ordenó con voz dura y grave, sus ojos negros luciendo penetrantes.

Y la mente de TaeHyung voló. Voló a un lugar tan lejano que estuvo a punto de responder "yes, daddy".

Afortunadamente, JungKook lo liberó antes de que algo tan estúpido como eso saliera de su boca. Aunque en realidad decirlo no hubiera hecho mucha diferencia, pues al irse directo a su habitación para hacer lo que le había ordenado, era decirlo con una acción.

Maldición. Susurró camino a su cuarto.

¿Qué mierda había sido eso? En realidad no estaba muy seguro. Lo único que sabía con certeza es que sentir sus mejillas calientes y su corazón acelerado era un fastidio.

jungkook fucboi, con tatuajes, que fuma y tiene una personalidad de mierda >> mi gusto culposo, sí por

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jungkook fucboi, con tatuajes, que fuma y tiene una personalidad de mierda >> mi gusto culposo, sí por.

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©gguktaebae

Enamorando al Nerd | kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora