Capítulo veintiocho

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Fue inevitable observarlo por un momento, como si meditara lo siguiente que debía hacer. ¿Pero realmente debía hacer algo? Probablemente sólo girarse y regresar a la fiesta, lejos de ese chico que había estado intentando drenar de su sistema.

Quiere hacerlo, su cabeza le dice que es lo correcto y él está de acuerdo, pero sus pasos fueron más rápidos, comenzando a dirigirse hacia donde JungKook estaba.

Tal vez era el hecho de que la última vez en que habían hablado, ese chico le había pedido una respuesta que nunca llegó. Quizá, el que se encontraran allí en ese baile, era una señal de que era momento para dar un cierre definitivo.

Eso debía ser lo mejor para ambos.

—¿Puedo sentarme? —TaeHyung preguntó al llegar a su lado.

JungKook se giró hacia donde esa voz había sido entonada. Fue clara la sorpresa en su rostro al ver de quien se trataba.

—Claro... —él se tomó su tiempo para pensarlo, pero al final logró responder.

TaeHyung tragó saliva, sintiendo esa oscura mirada presionando sobre su ánima, mientras tomaba asiento en el pasto. Un silencio incómodo se abrió paso entre ellos. Instantes después, JungKook había regresado su mirada a donde la había mantenido antes de que cierto rubio se acercara: el paisaje nocturno de la ciudad.

JungKook le dio una calada a su cigarrillo, dejando que poco después el espeso humo escapara de entre sus labios. El olor era algo fuerte, nada del agrado de TaeHyung, por lo que aunque intentó no hacerlo, terminó tosiendo levemente ante la falta de costumbre.

JungKook lo notó, con ese cigarrillo que apenas había empezado entre sus dedos. Terminó por tirarlo al suelo, antes de aplastarlo con la suela de su zapato para apagarlo.

TaeHyung quiso agradecer por ello, pero las palabras no lograron formarse en su boca. El ambiente era pesado e incómodo, incluso más que en el primer encuentro que habían tenido cuando se conocieron.

—No esperaba verte aquí. —dijo el rubio, no ocurriéndosele algo mejor para intentar llenar aquel sonido vacío.

—Digo lo mismo. —JungKook respondió.

—Y... ¿viniste con alguien?

TaeHyung se aventuró a preguntar, un lado siendo presionado por su curiosidad, y otro sólo no sabiendo cómo mantener esa conversación. Esto era extraño, a pesar de su ya conocida historia, entre ellos nunca habían faltado palabras para decir. JungKook por fin le dirigió la mirada.

—No realmente —musitó con tranquilidad—. Tú sí, ¿verdad?

La pregunta había impactado a velocidad, pero no tanto como el indescifrable mensaje que brillaba en esos oscuros orbes. TaeHyung estaba casi seguro de que JungKook ya conocía la respuesta, siendo que antes en la noche hicieron contacto visual en el salón de la fiesta, cuando TaeYong le entregó una bebida.

—Sí.

Su respuesta fue mucho más breve de lo que le gustaría, ¿pero qué más podría decir? Darle una explicación al respecto, no era algo que él necesitara hacer, y JungKook parecía tampoco exigir una. Así que se sumieron nuevamente en el blanco sonido.

Empezaba a creer que no había sido tan buena idea acercarse, tal vez en su caso el silencio y la distancia eran la respuesta correcta. Y lo pudo confirmar cuando JungKook volvió a hablar.

—TaeHyung, sé que no tengo derecho, pero ¿puedo pedirte una última cosa?

Una última cosa. Por alguna razón eso hizo que TaeHyung quisiera reír ante lo dramáticas que esas palabras sonaron. Pero en el fondo, había algo que lo hacía sentir como si su corazón estuviera siendo apretujado.

Enamorando al Nerd | kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora