miércoles 23 de octubre de 2019, 7:32
A las 12 era el funeral de Chloe, todos en la casa estaban dormidos, todos menos alguien. Mireya. No había pegado ojo en toda la noche, tapada hasta arriba con las sábanas, la cara en una mueca de disgusto y desconcierto, y los ojos abiertos, temblando de impotencia.El sol no había salido todavía, pero no se veía ni una sola estrella en el cielo, como si apagaran su brillo para dar luto a Chloe. «Chloe», pensó ella. Recordó sus ojos, su pelo, su perfil, la forma en la que sus labios se torcían para sonreír. Se dio la vuelta en la cama y cerró los ojos, decidida a dormir ni que fuera unos minutos.
Alguien la sacudió suavemente y ella se apartó del roce, molesta.- Vamos, arriba. - escuchó la suave voz de su padre.
- Déjame.
Un suspiro resonó por las paredes de la habitación y acto seguido la cama se hundió bajo el peso de una persona.
- Mireya, sabes que todo esto es muy difícil, que ella merecía algo mejor...
«¿Algo mejor?», pensó «¿Algo mejor? ¡Por supuesto que merecía algo mejor! Se merecía el mundo, la luna, las estrellas, y toda la galaxia». Se apartó más.
- ...pero no podemos volver atrás en el tiempo, y estoy seguro de que ella quería que te levantaras de esta cama y te comieras el mundo, como siempre has hecho.
Al no recibir ningún tipo de respuesta por parte de su hija, Andrés, se levantó y la dejó sola.
Minutos después, Mireya, apartó las sábanas y se levantó, mareada. Avanzó con los ojos cerrados hacia el baño, sin siquiera darse cuenta de que los libros que había dejado tirados en el suelo habían vuelto a su posición original.
Llegó al baño y miró su reflejo. Una chica morena de pelo afro le devolvía la mirada, con los ojos y los pómulos hundidos, como si fuera un esqueleto. Se lavó la cara y los dientes y volvió a su habitación para vestirse con unas prendas que suponía que su madre le había dejado encima de la silla.
Aseada, vestida, y semi-consciente, bajo las escaleras de la casa para desayunar. Mantenía la mirada en un punto fijo, viendo aquel mapa en su cabeza. Todos los trazos, las curvas, los colores... Tenían que significar algo, estaba allí por algo, y pensaba descubrirlo.
No prestó atención a lo que dijo el cura durante la misa, ni cuando después de ella varias personas que sabían que era cercana de Chloe vinieron a darle el pésame. Estaba agradecida por su amabilidad, pero se limitó a asentir con la cabeza, mirando de lejos como se llevaban el ataúd hacia el cementerio, para despedirla de una vez por todas.Al llegar al cementerio varios se acercaron al ataúd para decirle unas últimas palabras a la Chloe, Mireya se acercó a pasos lentos, observando con recelo el cajón de madera perfectamente pulida. Cuando estuvo delante levantó la mano, para dejarla descansar encima del ataúd unos segundos, pero se contuvo.
- Es injusto - musitó -, todo esto es injusto.
Se alejó a pasos cortos, sin dejar de mirar el lugar donde ya bajaban a Chloe, para enterrarla. «Te quiero», pensó «y lo siento». El ataúd tocó el fondo y un silencio todavía más denso rodeó el lugar, solo interrumpido por el suave cántico de un ave.
No sonaba nada en la radio del coche de vuelta a casa. Mireya deseaba bajarse del coche y salir corriendo, pero no podía simplemente abrir la puerta y saltar. Suspiró y se limitó a mirar como entraban al pueblo, todo estaba silencioso, nada ni nadie se movía, ni siquiera en la pequeña escuela; el alcalde había dejado ese día sin clases como luto a Chloe.Aparcaron con una suave sacudida y Mireya salió casi corriendo hacía su habitación. Cerró la puerta detrás de ella y unos segundos después se escuchó la voz de su madre, en el piso de abajo, diciéndole algo.
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El caso Chloe
Mystery / ThrillerUna chica aparece en extrañas situaciones, sin dejar claro nada de lo que esta pasando, ni ella ni nadie. Mireya es presa del pánico desde aquel día, un día que cambió por completo su vida entra. Y esta decidida a cambiarlo. ⚠¡¡Queda totalmente PRO...