seis: cereal

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La tienda de convivencia se había vuelto la mejor amiga de la pareja desde hacía dos meses exactamente, más específicamente en el momento que dejaron de recibir ayuda monetaria de sus padres al enterarse que:

1- Tenían pareja.
2-Vivían juntos desde hace seis meses y no en los dormitorios de la universidad como creyeron desde siempre.
3-Esperaban un bebé.

Así que si, era un poco difícil adaptarse a todo el nuevo mundo de ofertas de 2x1 y cosas en descuento habiendo crecido en familias muy acomodadas, los padres de Renjun tenían varias farmacias y los padres de Jeno eran famosos en el entretenimiento. Sus padres aún no decían si estaban oficialmente desheredados o desterrados de sus familias pero por el momento las cosas estaban muy tensas.

Al final del día la vida seguía así que por el momento debían adaptarse.

Las tiendas de convivencia eran pequeñas pero increíblemente tenían todo lo necesario, y no era que ellos nunca habían entrado a una pero siempre era para comer algún ramen o comprar alguna soda o agua, nunca para hacer sus compras esenciales.

-Mira esto, dos pastas dentales por el precio de una y ni siquiera cuestan lo mismo que en el supermercado.-dijo impresionado con la pasta dental en sus manos.

-Ya se.-respondió con una sonrisa, mirando los diferentes tipos de jabones que habían en el pasillo.-Debemos ir por comida.

-Primero la higiene.

-No.-Renjun se detuvo con el ceño fruncido.-La comida siempre es primero.

Jeno levantó sus manos en señal de paz antes de dirigir el pequeño—y único—carrito de la tienda hacia el pasillo de los cereales, donde también habían panes, jaleas y diferentes tipos de especias. Renjun comenzó a meter cosas en el carrito y cuando llegaron a los cereales de inmediato tomo dos cajas de Frosties y las metió.

-Espere un segundo, joven.

Renjun giro a mirarlo curioso.

-¿Qué?

-Lo siento pero no podemos permitirnos el lujo de dos cajas de cereal.

Renjun rodó los ojos, y ahí venía Jeno con su increíble y tonto—aveces—plan de ahorro, en el que hasta una menta o un simple helado desequilibraba toda su estabilidad económica.

-Jeno...

-Hablo en serio...-comenzó, sacando las dos cajas de cereal y dejándolas nuevamente en su lugar.-Debemos medir hasta el mínimo movimiento.

Renjun apoyó sus manos en sus caderas frunciéndole el ceño al más alto, llevaba una camiseta de Jeno y su pancita de apenas tres meses se notaba pero al hacerlo fue más notoria.

-Ok pero, ¿Por qué sacas mis dos cajas?

Sin contestar el más alto se estiró para tomar otra caja de cereal de una marca diferente "Corn Flakes" se leía, la dejó en el carrito y Renjun le dirigió una mirada antes de soltar una risa carente de humor.

-¿Acaso es una broma? ¿Corn Flakes?

-¿Qué?

-¿Qué?-pregunto de vuelta.-¿Sacas mis Frosties para poner esa abominación?

-No le digas abominación a mi cereal favorito.-reclamó el pelinegro llevando la caja a su pecho.

Renjun rodó los ojos, cuando había empezado a vivir con Jeno el cereal siempre había sido un tema de crítica, pero nunca tan intenso, solo se daban una que otra mirada porque a Jeno no le gustaba el cereal muy dulce y a Renjun le importaba más el azúcar que otra cosa.

-No sabe a nada y tiene muy feos rumores...

-No es mi problema que te guste el azúcar con leche.

Renjun se ofendió, en serio lo hizo así que por algún impulso—el estaba siendo muy impulsivo últimamente—golpeó la cabeza del más alto con su caja de Frosties, Jeno hizo lo mismo al instante.

-Hey, no me golpees.

-Tu empezaste.

-Pero estoy cargando a tu bebé.

El menor pareció pensarlo y Renjun aprovechó esto para golpearlo nuevamente, Jeno intentó cubrirse y detenerlo pero fue inútil, en algún punto la caja de cereal se terminó abriendo dejando caer todo el contenido en el suelo, en el carrito y sobre Jeno.

Ambos miraron el desastre con sorpresa porque en serio no esperaban que eso sucediera.

-Ahora tendremos que pagar eso.

-Si, no me digas.-susurro el menor.

Y si, tuvieron que comprar otra caja de cereal, Frosties,—porque Renjun siempre ganaba y porque cargaba a su bebé y el bebé quería eso—pagar la que habían arruinado e irse con una pequeña advertencia de que serían observados la próxima vez que volvieran.

-Genial, no podemos pagar un supermercado y nos van a vetar de la tienda de convivencia.-se quejó el mayor terminando de comer el Corn Flakes que la chica de la tienda le había regalado con una mueca.

-Ni lo digas...

Fue su última respuesta antes de cargar todo hacia el auto.


Fue su última respuesta antes de cargar todo hacia el auto

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espero les haya gustado.

soles [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora