Habían pasado tres semanas desde que Jungkook llegaba al paraíso con un aura mucho más brillante de lo normal; detalle que causaba mucha intriga en Jimin, por lo que la potestad no dudó al momento de interrogarlo.
—Hey Kook—saludó al menor, causando que este se sobresaltara por la repentina interrupción del mayor.
—Jiminnie hyung, ¿qué hace aquí? —el castaño preguntó mientras regaba las pequeñas flores del jardín del palacio celestial en el que residían todos los ángeles.
En aquel vergel abundaba una gran cantidad de flores, todas ellas poseedoras de una increíble belleza. Jungkook amaba cuidarlas, pues a su concepto eran de las creaciones más bonitas de su Dios. Cada que tenía tiempo lo hacía, era uno de sus "hobbies favoritos" como decían en el mundo humano.
—¿Yo? —fingió inocencia—. Solo quería saber cómo estabas, ya que estás llegando muy tarde—puntualizó caminando lentamente cerca suyo—. ¿Acaso los humanos se están metiendo en muchos problemas? —cuestionó, buscando algún rastro de duda en ese rostro aniñado que lo observaba con intriga—. Si ese es el caso creo que debería ayudarte.
—¡No! —exclamó asustado por lo que le ofrecía. Jimin lo analizó sorprendido—No... No es necesario, hyung. Usted ya tiene mucho de lo que encargarse. Cuide su rango como potestad por favor y no decepcione a Seokjin hyung.
—Ohhh, Kookie. Como siempre tan bueno con el resto—pellizcó una de sus mejillas tras acercarse lo suficiente. Lo puso nervioso, así que debía seguir indagando para sacarle la mayor cantidad de información—. Pero no te preocupes, si es por ti puedo hacerme un tiempo libre.
—No hyung, lo digo en serio, no es nada difícil como para que tenga que ayudarme y dejar de hacer sus cosas. A veces me distraigo mucho y me quedo paseando por la ciudad.
El castaño afirmó con tranquilidad, disimulando a la perfección lo que sentía, mientras se acariciaba el lugar donde el más bajito había apretado con fuerza. Su moflete quedaría muy rojo pues su piel era realmente sensible.
Y sí que se había distraído mucho.
Aunque también se sentía muy mal por estar mintiendo. Estaba pecando sin miramientos, algo que antes jamás imaginó hacer, porque era un ángel puro y responsable.
Pero entiéndanlo, ese demonio lo traía loco. Completamente encandilado por su sola presencia, como si lo tuviera hechizado. Sin embargo, lo peor del asunto era que esto no era así. Porque el mismo Jungkook era el que se dejaba llevar por el otro, gracias a su enamoramiento. Sí, el ángel había terminado cayendo por aquel demonio.
De nada sirvió el límite que se había trazado desde que lo conoció, pues se fue al mismo infierno después de lo sucedido hace cinco días atrás.
—Kookie... Vamos a jugar un rato en algún bar a los que van los humanos, ¿sí? —pidió con ojitos de cachorrito—. Guardamos nuestras alas y conseguimos una ropa más de adecuada para eso y ya.
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Nyctophilia; JJK & KTH
Random˗ˏˋSí caía de cabeza por ese enigmático joven o le arrancaban las alas por su irracionalidad, al menos tendría constancia de que lo haría porque quiso, ya que prefería sufrir, antes de vivir con arrepentimientos.'ˎ˗ Jungkook es un ángel muy particul...