˗ˏˋSí caía de cabeza por ese enigmático joven o le arrancaban las alas por su irracionalidad, al menos tendría constancia de que lo haría porque quiso, ya que prefería sufrir, antes de vivir con arrepentimientos.'ˎ˗
Jungkook es un ángel muy particul...
Aquella noche llegó en un abrir y cerrar de ojos. Jimin estaba convencido de que Jungkook le estaba ocultando algo, por eso decidido se puso en marcha cuando el ángel salió volando de su hogar hacia algún lugar en el mundo humano.
"Acabas de irte, pero voy pisándote los talones".
Pensó cuando se elevó por el cielo para pasar desapercibido por el menor.
"¿En qué estarás metido pequeño angelito? Igualmente lo descubriré".
Con ese objetivo en mente, Jimin estuvo siguiendo de cerca de Jungkook, quien cada tanto tomaba distintos caminos por el aire como para asegurarse que nadie podría descubrir su rastro. Y así podría haber sido, de no ser porque estábamos hablando de una potestad que conocía el firmamento como la palma de su mano.
Los minutos pasaron y finalmente el castaño se detuvo sobre lo que parecía ser un bosque. De igual forma el mayor detuvo su vuelo, y observó fijamente detrás de una nube, como el ángel descendía hacia una de las partes más llenas de árboles.
Cinco minutos después, Jimin imitó su acción, ingresando al paraíso terrenal del ángel al que quería como un hermano de sangre. Porque podrían ser hermanos celestiales, pero el rubio siempre tendría esa conexión especial con Jungkook y Seokjin. Algo tan especial como los vínculos de los mismísimos mortales.
—Ohh, que bonito lugar es el que encontraste—declaró en voz baja, caminando con lentitud por el césped. Y a cada paso que cada, sabía que por fin podría ver con sus propios orbes que era lo que tenía tan distraído a Jungkook.
Se quedó detrás de un árbol, a una distancia razonable cuando por fin sintió la energía celestial del menor mezclándose con la de alguien más. Solo que esta era más pesada, por lo que no podía ser de un humano.
Asomó su rostro por un costado del fuerte roble que era su escondite, y en ese instante fue cuando sintió como su boca se abría por la sorpresa ante la peculiar escena.
"¡Por Dios! No puede ser..."
Su rostro era un poema, era cierto que se imaginó esa posibilidad, pero comprobar que era realidad le superaba.
"Tenía que ser justo con uno de ellos".
La preocupación lo invadía. Tal vez su hyung acertó con el hecho de que Jungkook no estaba preparado para pisar este mundo.
"Acaso se repetirá la misma historia".
Ese pensamiento fue lo que más logró atormentarle. Jungkook no merecía sufría por la eternidad como Seokjin. Aquello era horrible y sumamente doloroso. Y él como amigo del mayor podía afirmar que le llenaba de impotencia no hacer algo al respecto.
Pero con el angelito de orbes celestes sería diferente. Lo protegería sin importar qué.
"Tengo que ayudarte. Lo juro por mi honor como ángel".
Y con esa promesa ardiendo en su corazón, Jimin supo que no debía pensárselo dos veces para actuar. Porque quizá el destino era el que le estaba permitiendo dicha oportunidad y quien era él para negarse ante los designios del universo.
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