Desde hace tres años que los cumpleaños de Mikey dejaron de ser los mismos. El chico por lo regular desaparecía y no había forma de adivinar su paradero. Se trataba de una especie de acuerdo dónde nadie pretendía localizarlo. Todos entendía que era una fecha que traía recuerdos dolorosos.
Takemichi y Emma intentaban con muchas ganas hacer que el 20 de agosto se celebrara con una rica comida y un bonito pastel. Sin embargo, la nostalgia y melancolía que sentía Mikey por el pasado aniversario de la muerte de su hermano se volvía más fuerte.
Su hermano debería estar ahí, pero no lo hacía.
Y Takemichi entendió que ese vacío nunca lo podría llenar. Un lugar que nunca ocuparía y que no deseaba hacerlo.
También lo extrañaba.
—Michy, Mikey no ha vuelto—Emma lo recibió con una media sonrisa al encontrarlo en la entrada de su casa.
Esas eran épocas difíciles para ellos y se notaba en su estado de ánimo.
—Lo sé, solo quise dejarle su regalo de cumpleaños.
La joven recibió la caja algo maltratada. Takemicchi no reparó que estaba tan nervioso que sus manos arruinaron la envoltura.
—Estoy segura que le encantará, siempre que sea de tu parte.
Se cohibió. Las chicas poseían un sexto sentido o eso se decía. Antes de irse abrazó a la joven. No dijo algo más por temor a terminar llorando; sin embargo, trató de transmitirlo atreves de su acción.
*
Las semanas pasaron y los miembros de rangos más bajos de la ToMan se aparecían con más regularidad en su establecimiento. Buscando refacciones para sus motos o por el simple hecho de querer saludarlo. Lo veían con más respeto y a veces no tenía idea de cómo reaccionar.
Algunos lo adulaban demasiado.
—¡Kei!—algo a lo que tampoco se acostumbraba era a la imagen escolar de Keisuke. Su cabello de lado y esos anteojos que lo hacían parecer un completo nerd.
Hubieran pasado toda la tarde hablando del gato que compartía con su amigo Chifuyu al mismo tiempo que Takemichi hacia su trabajo; de no ser porque en un momento Keisuke se quedó en silencio, lo que le hizo preguntarse si seguía ahí con él. Sus facciones se endurecieron y la tensión en su mandíbula le indicó que había algo que quería decir. Al parecer no encontraba las palabras.
—Kazutora me buscó— Takemichi no sabía si se trataba de buenas noticias. Que Kazutora haya salido del reformatorio encendía sus alarmas. Decidió que lo que sea que seguía a ese comentario necesitaba de toda su atención.
Kazutora Hanemiya ya no era un nombre que se pronunciara demasiado, ni mucho menos a la ligera.
El chico responsable de la muerte de Shinichiro culpaba a Mikey por lo sucedido y Manjiro no tenía intenciones de perdonarlo, aun si Kei intentaba que este lo hiciera.
Para Takemichi fue difícil acercarse a Kazutora cuando fue más joven. Aún si su actitud divertida no desaparecía cuando se encontraban, existía una clara línea que el chico dibujó entre ellos. No quería formar un lazo con el mayor y Takemichi desconocía la raíz de eso.
—Yo voy a dejar la ToMan.
—¿Qué dijiste?—el chico continuaba con una expresión imperturbable, no parecía tratarse de un chiste.
Y no fue lo que le preocupó. Keisuke era la persona más leal que hubiera conocido. Sus palabras no tenían sentido.
—Me iré a Valhalla para estar con Kazutora. Seré enemigo de Mikey a partir de ahora.
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Heart of Gold |Tokyo Revengers|
FanficTakemichi no esperaba que Mikey confesara que le gustaba. Con ello salió a flote el miedo que tiene a corresponderle porque no solo es cinco años mayor que él, sino que también fue amigo de Shinichiro. Sin embargo todo ello no eran más que pretextos...