—Hola, profe —me di vuelta para encontrarme con Hoseok y HyunWoo que cargaban algunos libros para llevar al salón. Hoseok me miró y sonrió.
—Chicos —saludé empezando a caminar a su lado.
—Eh, profe —miré a HyunWoo que se rascaba la nuca nervioso— Kihyun, ¿cree usted que aceptaría salir conmigo?
Me detuve en medio del pasillo.
—¿Te dio su número? —El chico asintió—. Bueno entonces llámalo e invítalo a salir. Kihyun rara vez le da su número a alguien —le palmeé el hombro y más contento se metió en el salón. Hoseok se giró y casi choco con él.
—¿Podemos vernos esta noche? —miré a ambos lados del pasillo, no quería que nadie nos viera.
—Hoseok...
Levantó una mano y con el nudillo de su pulgar acarició mis labios. Este chico estaba decidido a hacerme perder la cabeza. Tomé un poco de aire y bajé su mano con delicadeza.
—Bien, ¿mi apartamento o el tuyo? —Si. Confirmado. Estaba jugando con fuego.
Su sonrisa fue suficiente para hacer de mí un idiota sin remedio. Todavía seguían vivas en mi cuerpo las caricias del viernes. Habíamos abandonado la cama recién el sábado por la tarde. Me había resultado sorprendentemente fácil dejarme arrastrar por su sensualidad, por sus besos, por sus caricias. El problema iba a ser mantener las manos alejadas de él. Y era todo un reto. Quería besarlo hasta el cansancio.
—Me da lo mismo. Mientras pueda estar a solas contigo, me conformo hasta con el armario de las escobas, además pensé en ti todo el fin de semana —dijo antes de meterse también al salón. Cerré los ojos e intenté mentalizarme en que tenía que dar una clase. Conté hasta diez para calmar mis hormonas que parecían estar empeñadas en transitar una segunda adolescencia y entré.
—Buenas tardes, chicos —saludé mientras apoyaba las cosas en el escritorio. Hoseok tomó asiento al lado de HyunWoo en la primera fila, estaba poniéndome a prueba con su camisa abierta y sus pectorales casi saltando por los botones desabrochados. Aparté la mirada y me aclaré la garganta.
—Quiero que se tomen esta hora para escribir sobre lo que los inspira.
Hubo algunos murmullos, algunas sonrisas y mucha curiosidad.
—Profe, ¿puede ser sobre cualquier tema?
—uno de mis alumnos más prometedores levantó la mano.—Por supuesto, Jeno. Lo que tu quieras. ¿Quieres escribirle un poema a tu perro?, hazlo. ¿Quieres escribir un haiku sobre la estupenda lasagna de tu abuela? Este es tu día de suerte. Adelante.
Pronto el sonido relajante de las lapiceras deslizándose por el papel llenó el salón. Paseé por todo el recinto, inclinándome de vez en cuando sobre algún alumno, riendo ante sus ocurrencias, señalando alguna que otra falta. Miré hacia adelante, la espalda ancha de mi hermoso bibliotecario se tensaba sobre la tela y las imágenes del fin de semana asaltaron mi mente, haciendo que una ola de calor trepara por mis pantalones. Increíble.
Tomé el suficiente aire en mis pulmones y caminé hacia él. Estaba muy concentrado escribiendo y sólo levantó apenas la cabeza cuando pasé por su lado. Me senté tras mi escritorio a esperar, a la vez que hojeaba distraídamente un libro, aunque sólo era una pantalla para poder desviar mi mirada hacia los primeros asientos. Lo vi levantar la cara y me guiñó un ojo. Escondí mi cara tras el libro y suspiré. ¿Cómo iba a soportar estar bajo el mismo techo que ese niño cuando me miraba así, de esa manera?
Quería esos ojos sobre mí, diablos si lo quería, pero ninguno de mis otros treinta dos alumnos necesitaban saber eso. ¿Qué dirían si supieran que su profesor de literatura había eyaculado sobre su alumno? Si supieran que había gemido tan ruidosamente bajo el pesado y fuerte cuerpo del muchachito de anteojos de la primera fila, que había tenido que morder su propia camisa ante los reclamos del dueño de la casa.

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Loser/Lover (2won)
Lãng mạnHyungWon se muere por el lindo nerd bibliotecario. Hoseok ya no sabe qué hacer para que el hermoso hombre que va todos los días a la biblioteca, le hable. 👓📖 ☆☆☆ 🏆🏅 🥈Segundo lugar Young Forever Awards categoría Comedia/Humor ©2023 ©Todos los...