𝑢𝑛 𝑗𝑢𝑒𝑔𝑜

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Jeno miraba nervioso por la ventana de su casa, viendo como su padre encendía el coche y lo estacionaba frente a la casa, sería su primer día de clases después de 3 meses de vacaciones, tenía puesto una chaqueta para el frío que su madre Seulgi le puso unos minutos antes, estaba empezando el verano pero las mañanas seguían siendo muy frías.

Volvió a fijar su mirada en el lápiz que estaba sacándole punta, era nuevo y por eso lo veía tan grande.

Cuando su padre lo llamó guardo todo lo que faltaba en su pequeño bolso y salió de su casa para poder entrar en el coche e ir a la escuela.

No entendía muy bien el porque se sentía tan nervioso, tal vez por la película que vió el día anterior dónde un pequeño niño se extravió y no encontraba a sus padres, le afectaba mucho las películas de ese tipo, sentía que le podría ocurrir algo similar.

Al llegar, Seulgi bajó y le hizo seña para que bajará también, agarró su pequeña mano y caminaron juntos hasta la entrada de la escuela.

—Jeno, no te olvides de desayunar, y pórtate bien ¿si?

Jeno mira a su madre, era muy alta por lo que inclinaba mucho su cabeza hacia atrás.

—No quiero entrar— ella lo miró muy confundida —¿Y si me pierdo?

Seulgi río ligeramente, claro que sabía que se trataba de esa película, le parecía tan tierno su reacción, se arrodilló para besarle su pequeña frente.

—Dentro de aquí no te perderás, voy a venir dentro de unas horas y no pasará nada, nos vamos a casa de nuevo.

Volvió a hacer un puchero pero movió su cabeza en forma de afirmación y entró a la escuela agitando su manito en forma de despedida, Seulgi sonriente volvió al coche mientras él veía como se alejaban.

Volteó y veía su escuela tan grande que le entraba un pequeño susto, lo podía sentir en su pecho.

—Primer pasillo a la derecha, Maestra Jieun— Seguía repitiendo mientras caminaba, y llegó a un aula, estaban unos pocos niños, había llegado más que temprano. Se quedó mirando para encontrar a su maestra, ya la había conocido de antemano.

—¿Vas a entrar?

Volteó al escuchar esa dulce voz, un niño de su misma estatura estaba detrás de él.

—Si no lo haces, entonces te pediré permiso porque yo si entraré— Jeno no respondió por lo que el niño siguió hablando —¿Estas con la Maestra Jieun?

Sonrió ampliamente y lo agarró del brazo arrastrándolo dentro del aula.

—¿Quieres ser mi amigo? Mi mamá dice que es bueno tener compañía y te veías solo.

Le sorprendía lo cómodo que conversaba ese nuevo niño, hasta el momento no abrió la boca para responderle, más bien se le quedó mirando, y por alguna razón le recordaba a alguien pero no sabía exactamente a quien.

pudo observar que este no dejaba de sonreír en ningún momento, a cualquiera le daría miedo que no quitara su sonrisa, pero realmente era tierno.

Que linda sonrisa.

—S-si... bueno, tengo amigos pero ellos siempre están con otros niños.

—¿Por qué?— este lo miró con una cara de preocupación, muy exagerada para el propio Jeno.

—Les parezco aburrido, supongo— terminó de acomodar su bolso en el espaldar y lo volvió a mirar —prefieren jugar corriendo, más yo en el recreo solo me quedo sentado.

𝐵𝑒𝑠𝑜𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora