𝐵𝑒𝑠𝑜𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠

𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜 𝑑𝑖́𝑎𝑠

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¿Han experimentado ese sentimiento de haber hecho algo malo pero no te arrepientes y en parte te gustaría repetirlo?

Ese era el caso de Jaemin.

No sabía las consecuencias, lo único que sabía era que no podía besar a un niño, pero nunca le dijeron que pasaba si lo hacía.

Y ahí estaba él, sonrojado mirando a los ojos de Jeno después de su sorpresivo beso.

los pequeños ojos de Jeno estaban mirando fijamente a sus ojos mientras que sus mejillas se empezaban a ruborizar igual o incluso más que las de él.

Podrían quedarse así por un buen rato y sentir esas mariposas tan traviesas en sus estómagos.

Fue entonces cuando Jaemin reaccionó y muy apenado rompió la burbuja en la que estaban.

—Lo siento, no sé que hice.

Jeno sonrió —No te preocupes, en realidad no me molesta.

—estoy muy nervioso— Jaemin colocó sus manos en la mejillas las cuáles estaban ligeramente calientes —de verdad lo siento.

Jeno tomó la mano derecha de Jaemin y la bajó para poder ver mejor su cara con las mejillas rosadas, y mejoró el agarre de la mano.

—¿Puedo besarte yo a ti?

ahora Jaemin estaba sorprendido por la pregunta, estaba en la posición de Jeno anteriormente, ahora entendía el porque se quedó callado, la pregunta es tan inesperada que no te da tiempo de reaccionar.

E igual que unos minutos antes, Jeno unió sus labios con los de Jaemin mientras cerraban sus ojos.

Estaban tan consciente de lo que sentían sus labios, que las mariposas no dejaban de revolotear, llegando a causarles incluso un ligero dolor de estómago.

Sus caras se tornaron rosadas nuevamente y se fueron separando poco a poco con sonrisas nerviosas, Jeno aún no dejaba ir la mano de Jaemin, la sostenía con tanta firmeza que ni el mismo Jaemin se atrevía a quitarla.

No podían separar la mirada, y la burbuja en la estaban no permitía que vieran a su alrededor, el cual para ellos prácticamente no existía, pero lamentablemente no pudieron durar más tiempo así a causa del sonido de la campana.

Y todo volvió a ser como antes, podían escuchar a los demás niños gritar y correr a sus salones y sentir el calor que empezaba a hacer presencia en el pequeño parque.

—¿Vamos a clases?— preguntó Jaemin terminando de romper la burbuja

Jeno le sonrió una vez más y caminaron juntos de regreso aún tomados de la mano, ninguno se atrevía a quitarla, o tal vez hasta llegar a sus asientos.

El día estaba siendo muy lindo, tal vez no tan divertido como otros días, pero lo estaban disfrutando.

La actividad que comenzaron a hacer en clases consistía en adivinanzas con palabras que le habían enseñado toda esa semana.

La maestra dijo que se separaran por equipo, el que obviamente Jaemin de una vez arrastró a Jeno con él, tenia que estar con él o con nadie, ya lo sentia de su propiedad, y entonces le preguntaron a Karina y a Giselle si querían estar con ellos por lo que ellas dijeron que si, pero les faltaba alguien, y Jaemin no dudo que preguntarle a un amigo que conocía desde el año pasado.

Se acercó a él y lo saludó.

—Hola Renjun, ¿tienes equipo?

—No, nadie me quiso en sus equipos.