𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚊𝚍𝚘𝚕𝚎𝚜𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎; 𝙼𝚊𝚝𝚒́𝚊𝚜 𝙶𝚊𝚕𝚕𝚊𝚛𝚍𝚘

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Estos días no tengo colegio así que estoy diez puntos durmiendo hasta tarde, hoy me levanté a las tres, mi papá me cago a pedos.

— dale mamá porfavor. –dice Santino. Déjame ir.

— no Santi, es muy peligroso que vayas sólo.

— ¿donde quiere ir?. –me metí yo.

— a una joda, ¿sabes donde? En el fuerte apache.

— tas loco Santi. –me reí.

— la hace un compañero de colegio y a Amira también la invitaron.

— pero Julián no la va a dejar ir boludito. –lo mire.

— Julián dijo que si a mi me dejaban, la dejaban a ella.

— ay bueno pesado. –afloja mi mamá. No quiero que se enteré tu padre.

— PERO MAMÁ. –salte de la silla. Voy con ustedes.

Santino me quedo mirando cómo diciendo "no".

— si o le digo a papá.

— chanta de mierda, pollerudo.

Agarre el celular para llamar a Amira, pero antes de hacerlo mi mamá interrumpe.

— a todo esto... ¿quién es Amira? ¿La chica de la otra vez? ¿Tu amiga?.

— si ma.

— pero se la come mami. –habla Santino.

Este pendejo sigue enojado conmigo, todo porque le tire un balde de agua mientras dormía, pendejo resentido.

— ah. –dice mamá. Cuídate hijo, cualquier cosa en mi habitación hay condones.

— ya se me fue el hambre. –dice Santino con cara de trauma.

— ¡no me la estoy comiendo en ese sentido mamá!.

Igual sonreí al acordarme lo que había pasado hace dos días atrás, fue increíble.

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— ¿qué pasa Matu?.

— no vayas vestida con cosas cortas linda. –le pedi. No es un barrio tan bonito.

— ya se tonto. –se ríe. Me vi la serie de Tévez.

— pero enserio te hablo tonta. –me reí. Voy con ustedes para evitar que no te pase nada.

— no hace falta Mati... no va a pasar nada malo.

— no sabes Ami, aparte tampoco quiere que Santino se meta en quilombo... ahora te estamos yendo a buscar.

Cortó, estacione enfrente de la casa, bajó y nos saludó con un beso en la mejilla a los dos. Me parece una falta de respeto que me da un beso en la mejilla después de que.. bueno me calló.

— ¿Mili?. –pregunta.

— no la dejaron venir. –dice Santino. Lógico igual, ya me dio cagaso.

Maneje hasta ese barrio, me da una mala espina estar acá, deje el auto donde el amigo de Santino, más vale que vuelva y tenga las ruedas porque me cortan la chota.

— toma. –le pase mi campera a Amira. Ponetela.

— no hace falta. –se ríe.

— Ami porfavor.

Una vez que se la puso entramos, era todo tan no se.

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No puedo creer que yo estoy tomando vino de una botella rota, igualmente acá hay un olor a porro tremendo, se me perdió de vista Amira. Salí afuera a buscarla.

— ¿qué haces acá sola?. –le agarre la cintura.

— es que ahí adentro chabon que pasaba por atrás mio, chabon que me tocaba el orto. –se esconde en mi pecho. Me metían mano.

— ¿por qué mierda no me dijiste?. –la mire. Voy a repartir piñas.

— ¡no Matías! Salís muerto de acá ¿vamos mejor?.

— voy a buscar a Santino, no voy a dejarlo sólo.

— te acompaño.

Volvimos a entrar pero esta vez yo estaba abrazando a Amira por detrás. Busque con la mirada a Santino y me puse pálido al ver que estaba agarrándose a pelear con uno, fui corriendo y lo último que vi fue cayó al piso tocándose el abdomen, corrí hasta él, ¡lo habían apuñalado!.

— Santi. –viene corriendo Amira.

— ¿qué mierda haces flaco?. –lo empuje. ¿Qué te hizo?.

— TENEMOS AL COMBO. –se ríe uno. Los dos Gallardito y esta dama. –se acerca a Ami. OH POR DIOS ¡la hermana de Julián Álvarez!.

— pidan una ambulancia, porfavor. –dice Amira. SE ESTÁ DESANGRANDO.