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Me desperté por la alarma chota, me cambió para ir al colegio aunque tengo una paja tremenda no vamos a negarlo.
Una vez que llegamos entre al curso para irme a sentar al fondo, no tengo ganas de hacer nada.
— ¿viste quién volvió?. –se acerca Naila, una amiga.
— ¿quién?. –la mire.
— tu primer amor. –se ríe. Ahí la tenes.
Mire al costado y estaba Pía ¿qué? ¿No se fue a Londres? Mierda.
— piola. –me recoste en la silla.
— la carita que pusiste cuando la viste.
— deja de flashearla loca no. –me reí.
— mm no se.
La ignore y empezaron a hablar sobre el viaje, yo estaba haciendo cosas en mi hoja sin prestarle atención a nadie, estoy bien tranquilo en la mía sin joder a nadie.
Toco hora libre, que paja.
— tanto tiempo. –se sientan al lado mío.
— ey, hola. –la abracé. ¿Cómo estás?.
— no se. –me mira. Mis viejos se separaron y yo me volví. –se ríe.
— que bajón Pi. –la mire. Posta un garron.
— si pero bueno, tampoco era la gran cosa, no me gusto para nada.
— ¡era Londres!.
— si, pero extrañaba acá. –baja la mirada. A ciertas personas.
Okey, yo entendí eso.
— bueno, ojalá estés mejor acá entonces.
Boludo, algo mejor no había para decir.
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— ¿donde está Ami?. –mire a Santino.
— se quedó durmiendo en el sillón.
Asentí, camine hasta el salón de mi hermano y mi novia, estaba en el fondo durmiendo, cosas que solo hace ella literalmente.
Me acerqué para sentarme al lado y acostarla en mi pecho.
— nono, salí. –se despierta asustada.
— soy yo mi amor. –me reí. Hola. –le di un beso.
— mm tengo sueño. –se vuelve a acostar. Quédate acá conmigo.
— ¿no dormiste amor?.
— no me dejaste dormir. –me miro. Toda la noche boludo.
— había que festejar el primer mes bien. –me reí.
— cállate tonto. –sonríe. Amor, quiero un perrito. –hace puchero. NO un cerdito.
— Julián se lo va a querer comer y yo voy a apoyarlo. –la mire riendo.
— ¡idiota! No.
El timbre de que se acabó el recreo se hizo presente, le di muchos besos antes de salir del curso.
— Gallardo este no es su curso. –habla el preceptor.
— perdón prece. –lo mire. Vine a ver a mi amada.
Todos empezaron a joder a Amira, algunas le tenían envidia y se notaba de acá a la china, pero bueno, yo estoy con ella, que se muerdan la lengua las otras fieras.
Después de horas salimos del colegio, Santino y yo nos fuimos para otro lado.
— ¿donde estamos yendo?.
— a adoptar un cerdito. –lo mire.
— ¿para engordarlo y después comerlo? ¡qué rico!. –se toca la panza.
— ¡no! Para Ami. –me reí. Quiere uno.
Me quedó mirando raro, llegamos a donde se adoptaban animales acá en Buenos Aires.
— mira este hurón que lindo. –dice Santi. Llévale esto mejor.
— ¡no! Ella quiere un cerdito.
Elegí uno.
— agarralo. –mire a Santino.
— agarralo vos, va hacer el bicho de tu novia.
Miramos a la chica que nos estaba atendiendo.
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— PAPI, un cerdito mm que rico. –dice Benja.
Lo trajimos a casa para mañana llevarselo a Amira.
— ¿qué?. –viene papá. ¿Y esto?.
— ¡no se come!. –los mire. Es mi hijo.
— Santi hijo. –habla papá. ¿Qué le pasa a tu hermano?.
— lo que pasa es que esta enamorado y quiere adoptar un animal con ella, para después comerlo.
— NO LO VAMOS A COMER SANTINO.
— ya se cago ese bicho, limpialo.
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𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚊𝚍𝚘𝚕𝚎𝚜𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎; 𝙼𝚊𝚝𝚒́𝚊𝚜 𝙶𝚊𝚕𝚕𝚊𝚛𝚍𝚘
Random- no estaba en mis planes enamorarme de vos.