Eran las 3:34 am, lo digo porque mi celular no dejaba de sonar y ví la hora. Suspire y mire mi historia de llamadas. Era la madre de Kyoko tenía varias llamadas perdidas, de nuevo me entró la llamada así que conteste.
Madre de Kyoko:
Bueno?
Nano.....
Si, pasa algo señora Sukima?
Kyoko....ella..está en el hospital gravemente herida...
Q-que-
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Deje caer mi celular en la cama se escuchaban los sollozos de la señora Sukima, sentí mi cuerpo temblar. Pequeña lágrimas salieron de mis ojos y estás recorrían mis mejillas. Me levanté de la cama y me puse una sudadera, tome mi celular y salí de casa dando un portazo.
De seguro eso despierta a mi hermano pero no importaba. Ahora era ir hacia el hospital donde Kyoko estaba.Al llegar pregunté por la paciente y me dieron la dirección segundo piso mano izquierda al fondo del pasillo puerta 109. Corrí como pude y esquivaba a todos. Al estar cerca divisé a los padres de Kyoko, estaban abrazados llorando. Me acerque a ellos y mire a través de la ventana, Kyoko estaba en su camilla su rostro está hecho un desastre y tenía varios tubos en su cuerpo varios tanques de oxígeno. Caí de rodillas.
-Q-que....paso?-dije mientras un nudo en mi garganta se hacía presente-.
-Por lo que sabemos unos pandilleros la atacaron a ella y su novio......está muerto-dijo el señor Sukima entre lágrimas-.
Apreté mis manos haciéndolos en puño. Agache la cabeza mientras sollozaba. El imaginarme todo lo que le hicieron esos desgraciados a mi única amiga, y ahora ella está ahí, en coma y su cara destrozada. Estaba furiosa.
Al poco rato los padres de Kyoko se fueron a sentar en un lugar apartado yo me quedé sentada en el suelo abrazando mis rodillas, no sabía qué hora era. Tenía ojeras de tanto llorar en eso me entró una llamada.
Hermano tonto ✨:
Dónde diablos estás? En la mañana sonó un portazo.... aunque no le di importancia, seguí con mi sueño de belleza.
Oye contesta, tu silencio es incomodo....
Nano!
Estoy en el hospital.
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Fue lo único que conteste, luego apague mi celular. Suspire frustrada luego levanté mi cara y mire a lo lejos a los padres de Kyoko.
Al poco rato mi hermano llegó y entendió lo que pasaba, se agachó a mi altura y me abrazo. Los dos comenzamos a llorar. Kyoko era como mi hermana,la conocí a los 5 años en un parque.
Y la manera más hermosa de conocernos fue que le pegue con un balón por accidente. De ahí nuestra amistad floreció y ahora ella está ahí, lastimada.