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Rogers, Stella, los necesitamos en la sala.— La joven y el Capitán abrieron los ojos abruptamente dando un pequeño salto, eliminando la poca distancia que todavía había entre sus rostros por el susto que había provocado la inesperada interrupción de la voz de Tony por los altavoces.

Inmediatamente Steve se quitó de sobre la joven, haciendo que a esta la invada una repentina sensación de frío deseando que el hombre vuelva a cubrirla con su cuerpo, rápidamente quitó esos pensamientos de su cabeza y se levantó del suelo en un rápido movimiento, sin decir nada, pasó por un lado del hombre dirigiendose a la puerta con las mejillas sonrojadas y la mirada fija en el piso.

Stella se preguntaba que había sido eso ¿Porqué el hombre no se alejo? ¿Porqué quería besarlo? Si Tony no hubiera interrumpido, ¿Se habrían besado de verdad? ¿Qué pasaría con su amistad con el Capitán?  Tantas incógnitas que la muchacha no lograba responder porque aún seguía mareada por el acercamiento anterior con el hombre. Una vez en las puertas de cristal de la sala sacudió la cabeza para intentar eliminar sus pensamientos y se adentró viendo a sus compañeros sentados en distintos sillones.

—¿Y Rogers?— Habló Stark.

—Creo que venía detrás de mi.— Giró señalando la puerta e inmediatamente el capitán ingresó por esta clavando su mirada en la joven mientras avanzaba.

Stella se devolvió a mirar a sus amigos para no tener que soportar la pesada mirada del hombre.

—Bien, ahora que estamos todos, necesitamos hablar de lo que sigue. Stella, Cap, tomen asiento.— Stark señaló el sillón frente a él, era lo suficientemente grande para que 2 personas entren perfectamente sin tener que siquiera rozarse, así que la joven tomó asiento en una punta y el Capitán en otra intentando separarse lo más posible pues ambos se encontraban incómodos por la situación de un rato antes.— Sabemos que luego de esto los malos no tendrán nada más porque luchar, pero igualmente hay muchos que no solo accionaban por el teseracto o por el cetro, ellos tienen un objetivo claro, que es gobernar el mundo, así que hay que seguir pateandoles el trasero hasta que podamos.— Todos asintieron con la cabeza ante las palabras del millonario.

—Cuenten conmigo siempre.— Habló Clint.

—Y conmigo— Natasha.

—también— Steve.

—Lo mismo digo— Banner.

—Igual— Stella asintió mirando a Tony.

—Yo estaré lejos, pero si me necesitan no dudaré en venir, Stella sabe como contactarme.— Thor habló mirando a todos.— Amo mucho esta tierra y haré cualquier cosa para protegerla.

—Bien, muchas gracias muchachos, sigan con sus vidas.— Tony se puso de pie y caminó a la puerta.— Y recuerden que en dos días es la fiesta.— Y así desapareció del campo se visión de todos.

Stella se apresuró a salir de ahí y prácticamente corrió a su habitación para alejarse lo más posible de Steve. No sabía porqué pero le resultaba incómodo estar cerca del hombre luego de la escena en el gimnasio. Para distraerse se dirigió al baño y tomó una larga ducha de agua tibia para poder relajar su cuerpo y así poder recostarse a mirar la televisión en su cama. Recordó que desde que salió del parque con Steve no había revisado su celular y se dispuso a buscarlo dentro de su mochila, una vez que tuvo el pequeño aparato entre sus manos cogió el cargador y lo conectó al toma corriente más cercano a su cama, una vez conectado dejó el celular sobre la mesa de noche y siguió haciendo zapping por los canales de la televisión y así sin darse cuenta la joven cayó dormida rápidamente.

Señorita Stella, la comida está servida.— La voz de Jarvis despertó a la joven de su siesta y bostezó.

—¿Comida?— Se sentó aún adormilada en la cama.— Jarvis, ¿Qué hora es?— Habló frotándose los ojos para acostumbrarse a la luz que había olvidado apagar cuando se durmió.

Daughter of the Stars -The AvengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora