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Puente Antiguo, Nuevo México

Mientras la joven dormía, en un bar de la ciudad un hombre alto de pelo rubio largo y ojos azules charlaba con un hombre de unos cincuenta años en la barra.

—Creo que entendí al revés todo, hice todo mal.— el rubio miró al señor a su lado y bajo la cabeza.

—No es tan malo descubrir que no tienes todas las respuestas, es cuando te haces las preguntas correctas.— Habia algo en el joven que al hombre le parecía extraño pero aún así decidió ayudarlo.

—Creo que por primera vez en mi vida yo no...no tengo idea de que se supone de que debo hacer.— miró al hombre quien daba un trago a su cerveza.

El dios del trueno se sentía afligido, no podía comprender del todo que era lo que habia hecho mal, en sus acciones lo único que buscaba era el bien de Asgard, él en verdad deseaba ser el rey que su padre quería que fuera. Pero al parecer su único logro fue hacer todo lo contrario a lo que su padre esperaba para él, desterrandolo de Asgard, sin sus poderes y sin su martillo, el padre de todo dejó a su hijo sin ningún propósito por el cual luchar. Desde que Thor había caído en la tierra y Jane Foster junto con Darcy y el dr. Selvig lo atropellaron con su camioneta, el dios del trueno había perdido un poco de ese orgullo y egocentrismo que todos estos años habían habitado dentro de él, y al no poder levantar el Mjolnir algo en él se rompió y aceptó su destino, jamás volvería a ser el Dios del Trueno y más ahora que su hermano, Loki, se le habia aparecido para informarle del fallecimiento de su padre.

—Cualquiera que busque encontrar su camino en la vida, tiene que comenzar por admitir que no sabe donde está.— Con esas palabras el Dios del trueno se sintió reconfortado y decidió que ese iba a ser un nuevo comienzo para él.

—Gracias por lo que hiciste.— mencionó Thor, recordando como el Dr. Selvig había ayudado a poder salir del lugar donde los agentes de SHIELD lo habían aprisionado por intentar recuperar su martillo.

—No me lo agradezcas, solo lo hice por Jane, su padre y yo enseñabamos en la escuela, era un buen hombre, no escuchaba nunca.— el científico recordó a su viejo amigo con un tono de melancolía.

—Igual que yo, mi padre quería enseñarme algo pero fui muy tonto para darme cuenta— Thor recordó todas las lecciones de vida que Odin le había dado, sintiéndose mal por no hacerle caso a su amado padre.

—No sé si alucinas, o si planeas estafar a alguien, no me importa, pero Jane es importante, he visto la forma en la que ella te ve.— amenzó discretamente al dios.

—Te juro que lo que menos quiero es hacerle un mal.— El dios era completamente sincero, desde que llegó a Midgard la humana Jane había robado su corazón de una manera increíble, no había nada que el Dios no haga por ella.

— Gracias, en ese caso, te invito otra ronda y te vas esta noche.— Thor asintió no muy convencido, pero si eso era lo mejor para Jane lo haría.

—Deme dos submarinos señor.— El hombre mayor se dirigió al camarero, al momento este los sirvió, el científico vertió el whisky en ambos vasos de cerveza e invitó al rubio a beber el contenido. Thor bebió del vaso como si lo que estaba ingiriendo fuera agua, el Dr. Selvig no aguantó la presión de no beber tan rápido como el dios y se dispuso a intentar beber al mismo ritmo, lo que terminó con el hombre muy ebrio como para hablar sin ninguna dificultad por lo que Thor tuvo que llevarlo a cuestas al motorhome de Jane Foster.
El dios tocó a la puerta frenéticamente hasta que la astrofisica abrió la puerta exaltada.

—¿Qué pasó? ¿Está bien?— preguntó con preocupación la castaña. Moviéndose a un lado para que el Dios pueda ingresar con el Dr. a cuestas sobre su hombro.

Daughter of the Stars -The AvengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora