Stay with me.

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•AU
•Slice of life, romance

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El viento era fresco y agradable. El cielo azul y completamente despejado dejaba al sol destacar.

Las pisadas de los dos jóvenes se oían por el silencioso barrio. Ambos vecinos volvían juntos a casa después de la academia.

—Seis como maximo. —Respondió T/n ante la pregunta del varón por su calificación.

—Tu no tienes perdón de Dios... Enserio —Replicó Sanemi.— ¿Cómo se te ocurre no estudiar? A este paso no te vas a graduar.

—¿Que eres? ¿Mi madre? Suenas como una anciana, jaja. —Interrumpió la peliT/c— Solo te faltó decir "Está juventud de ahora..."

—Jaja, muy graciosa. —Contestó en tono irónico comenzando a bajar la escalinata.

Todos los días eran así, ambos volvían juntos a sus hogares al ser vecinos. Hablaban de varias cosas en el camino mientras cruzaban los suburdios del pueblo.

Cualquier joven japones moriría por estar en una ciudad llena de ruido, ajetreo y vida antes que estar este sitio aburrido, calmado y natural. Sin embargo para estos dos, vivir en un sitio así era lo máximo.

Caminar por las calles sin que nadie los molestara, sin tráfico y con los árboles meciondose por el viento era vida pura.

Por supuesto que lo que más destacaba era su mutua compañía.

—Bajate de ahí. —Regañó al ver a T/n caminar por los bordes de la escalinata en vez de usar está misma. —Te vas a caer.

—Calla, ojalá se te haga la boca chicharrón por andar deseando el mal ajEN- —Antes de completar su frase se le doblo el talón haciendola caer. —¡LA PUTA! —Gritó molesta volviéndose a parar, limpiándose.

Sanemi rio por lo bajo.

—Te dije que te ibas a caer. —Comentó siguiendo su camino.

—Eres un estúpido, si no te hubiera prestado atención no me habría caído...

—¿Me dices estúpido a mi? Yo no fui el que se cayó. —Soltó burlón.

—Ahg, mejor ni me hables. —Continuó caminando aguantando las ganas de llorar.  —Me duelen las piernitas... —Murmuró mirando sus raspones.

Sanemi bufó al oirla. Se detuvo y se agachó ofreciendo llevarla.

—Subete. —Hablo escueto. T/n lo miró dudosa unos segundos antes de hacerle caso.

—Voy a aceptar solo porque si me duelen mucho. —Aclaró subiéndose a la espalda del peliblanco para que la llevara de caballito.

El muchacho en respuesta solo negó con la cabeza.

—¿Enserio no te molesta? —Cuestionó la muchacha.

—Nah, igual siempre hago de tu chófer.

—¿Ah? ¿Chófer? —Repitió confundida —¿Que clase de chófer tan malo tengo que ni siquiera tiene auto? —Bromeó.

Sanemi solo pudo suspirar y reír de forma mínima ante lo dicho.

Todo el trayecto restante a casa fue como el de todos los días a pesar de las circunstancias. Siguieron charlando y peleando hasta llegar.

—Bien, listo. —Habló dejándola bajar.

—Ay, mi espalda. —Se quejó T/n estirándose.

—Eso es lo que deberías decir yo, ¿Sabes?

—Shhhh. —Siguió estirándose hasta tronar sus huesos— Mucho mejor. Ahora...

—¿Ahora que? —Indagó el varón sin entender.

—El pago para el "Chófer"—Se acercó al albino dispuesta a darle un beso en la mejilla.

El Shinazugawa iba a volver a preguntar de qué se trataba todo ese rollo girando el rostro en el acto. Provocando que el beso que iba dirigido a su mejilla acabara en sus labios.

Por reflejo, T/n se separó.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

La mejor opción aquí era fingir que no había sido nada.

—A-ah bueno, bye, adiós. —Se despidió nerviosa para huir.

El brazo del muchacho al rededor de su cintura la detuvo. La apretó y la volvió a unir contra el.

—Tonta. El cliente no decide el precio. —Declaró sonrojado mirandola fijamente.

T/n tragó saliva, ¡Pero que hombre!

Era una mujer débil por lo que no podía parar este juego.

¿Tal vez a Sanemi le había gustado su beso?

Lo que no sabía es que a él le gustaba ella y el actuar como una "mamá" protectora era su forma de mostrárselo. Claro, la única que no era consciente de eso era ella misma.

Y ahora que el albino tenía la oportunidad al frente definitivamente la iba a aprovechar.

—S-son dos Yenes. —Continuó nervioso. —Dos besos... —Culminó.

Sintió como él tomaba de su cintura más fuerte, reposo sus manos contra su pecho y respondió.

—Entonces... —Esto era tan raro y sorpresivo que le costaba hablar— E-entonces supongo que te debo uno. —Susurró mirando a otro lugar por la vergüenza. Sin aviso Sanemi la tomó del mentón y la obligó a mirarle.

Lentamente se acercaron hasta unir sus labios de nuevo.

La vecina de el frente miraba entusiasmada la escena de novela a través de la ventana, se le había ido la señal de la televisión pero como dicen, "Dios quita, Dios da".

  ࣪  𓈒 ⭒ Sanemi OneShots | Lover Boy 🌱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora