Relatos basados en la persona más amable del mundo, Sanemi Shinazugawa. El precioso y perfecto pilar del viento. Ship con Fem! Reader. ♡
-Copias× Adaptaciones×
-Los Personajes no me pertenecen.
-AU mayormente.
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El poltergeist se define como el conjunto de fenómenos inexplicables atribuidos a una entidad paranormal.
Ruidos, objetos moviéndose de un lugar a otro por si mismos, apariciones espectrales, todo eso puede considerarse un poltergeist.
Nunca se está del todo solo pues, en ocasiones, esas cosas que no pueden verse necesitan hacerse sentir.
Y ahí es cuando lo macabro comienza.
Lunes por la mañana. 7:30 AM.
El salón se encontraba repleto de alumnos esperando la llegada del profesor quien ya llevaba unos buenos minutos de retraso. Mientras algunos preferían estar caminando y molestando por todos lados, otros preferían mantenerse en su sitio.
-¡Amor! -Volvio a tirar de su camisa al ver cómo su novio le daba la espalda- ¡Por favor, dime qué sí!
-Que no. -Contesto escueto desde su sitio sin voltear a verla.
-¿Pero porque no? ¡Te lo ruego! -Suplicó desesperada, nuevamente jalando de su uniforme, está vez con más fuerza esperando una reacción suya.
-¡Porque no y ya! ¡¿Que pensarían tus padres si llegan y me encuentran durmiendo en tu casa! -Cuestionó alarmado- ¡No está bien!
-¡¿Que importa lo que piensen?! -Refutó- ¡No te lo pido con otra intención! ¡Me da mucho miedo quedarme sola ahí! -Chilló frustrada ante la negativa de Sanemi- ¡En esa casa pasan cosas raras!
-No. No pasa nada. Simplemente estás paranoica porque recién se mudaron y aún no te acostumbras -Explicó- De ninguna forma iré a quedarme ahí, pídeselo a alguien más -Terminó la conversación para luego darse la vuelta en su asiento y volver a lo suyo.
Pero pese a lo que parecia la realidad con Sanemi era muy distinta. Una pequeña sonrisa se le escapó sin querer una vez perdió de vista a su pareja, le gustaba hacerse el difícil. Pensar en que su novia quería que fuera a su casa, hacía que se le inflara el ego, no estaría mal escucharla un poco más.
T/n infló las mejillas de rabia, pensando que, seguir insistiendo a Sanemi era un caso perdido.
Sin embargo, esto no se quedaría así. Fuera quien fuera, ella encontraría a alguien para no estar sola allí.
De un momento a otro y como casualidad divina, Uzui caminaba entre los puestos para ir a su lugar. Siendo atrapado por la muchacha en el acto.
Sin decir nada, el varón le miro confundido de arriba a abajo.
-¡Uzui, ven a quedarte a mi casa hoy! -Pidió sin vergüenza alguna. Y sin pensarlo mucho, el contrario solo se encogió de hombros.
