Capitulo III (parte 3)

65 7 3
                                    

Melion miró como Kay se iba camino al consejo, la ventana dejaba ver mucho del lugar, las calles, las personas, el cielo, entre otras cosas.

-adiós...-susurró al recostarse en la cama.

Melion pensó el resto del momento.Kay se dirigía al consejo pensando en muchas cosas; era muy común que el tuviera consejos con el rey ya que era su consejero más fiel, le había dado un cargo importante para ser tan joven.

-es algo tarde, la gente vuelve a sus casas-pensó al mirar a su alrededor.

Los guardias rondaban en los rincones más recónditos del pueblo, el toque de queda daba comienzo.

Se mostró serio al llegar con el rey; llegó a su pupitre y esperaba nada más a que se pidiera su consejo. Lo que estaba pensando iba a servir para el veredicto;sin embargo; otra vez se veía algo distraído, se mostraba pensativo porque estaba preocupado por Melion.

-por favor no metas la pata, es por tu bien-pensó.

Mientras Kay esperaba a que comenzara Melion reflexionaba las palabras que le había dicho él; Aunque; no se arrepentía. La felicidad también la invadía un poco, estaba empezando a acomodarse con la vida de Kay ya que le gustaba como veía las cosas y sus formas de resolver situaciones. Era agradable.

-El enemigo me ha enseñado a ver su mundo...estoy aprendiendo más de lo que pude haber aprendido.-pensaba para si misma mientras se revolcaba en la cama de un lado a otro, sintiendo su aroma en las sábanas y apretándolas con suavidad hasta haberse dormido.

Kay llegó tarde, y al subir la vio muy bien dormida, se sonrió ya que amaba esa expresión de comodidad en su rostro y con una tierna imagen de ella se durmió.

El amor de mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora